MUNDO
La economía española, de nuevo en el ojo del huracán
Las duras medidas de austeridad adoptadas por el gobierno de Rajoy parecen no convencer a los mercados. Algunos analistas aseguran que, antes o después, Madrid necesitará un rescate.
La tranquilidad ha durado poco para España. En las últimas semanas, muchos en Bruselas y Madrid han querido dar la imagen de que lo peor de la crisis de la eurozona ya ha pasado. Pero los acontecimientos de los últimos días parecen desmentir esa versión.
El pasado fin de semana el comisario de Economía de la Unión Europea (UE) Olli Rehn reconoció que la situación en España es "frágil".
Mientras, el primer ministro italiano, Mario Monti, aseguró que el estado de la economía española está causando "una gran preocupación" en Europa.
Las palabras de Monti provocaron el enfado de Madrid, hasta el punto de que el mandatario rectificó y reiteró su confianza en las medidas de ajuste adoptadas por el gobierno de Mariano Rajoy.
El dilema principal que se le presenta a España es el siguiente: ¿se han alcanzado los límites de lo que las medidas de austeridad pueden lograr?
El miedo del gobierno español es que seguir imponiendo recortes va a acabar asfixiando la economía del país.
Estrategia con riesgos
Ciertamente la estrategia del gobierno de Rajoy presenta riesgos. Madrid se ha comprometido con Bruselas a reducir el déficit público este año hasta el 5,3%; menos de lo que se había acordado inicialmente con la UE, pero todavía un gran recorte.
Las medidas de austeridad se han de implementar en un momento en el que el desempleo en España se encuentra en el 23% (cerca del 50% en el caso de los jóvenes).
Además, se espera que la economía española se contraiga en 2012 un 1.7% o incluso más.
Por otro lado, los precios de la vivienda están en caída libre y el nivel de deuda en manos de los bancos españoles causa una gran preocupación.
Se da por hecho que el proyecto de presupuestos para 2012 que el gobierno de Rajoy presentará el próximo viernes incluirá recortes en el campo de la sanidad y la educación. Un día antes se celebrará una huelga general de trabajadores, aunque no está claro con cuánto apoyo contará el paro.
El problema para Bruselas es la importancia que se le ha dado al pacto fiscal firmado recientemente que obliga a los miembros de la eurozona a cumplir estrictos objetivos de déficit.
El pasado fin de semana el comisario Rehn se mostraba inflexible. "España debe ceñirse a sus objetivos para evitar problemas con los intereses que paga por su deuda", dijo.
Lo que suceda con la economía española determinará si la eurozona está tan solo viviendo una pausa en su crisis y si la cultura de la austeridad impulsada por Alemania salvará a Europa o llevará a algunos países del continente -como España, Portugal o Italia- a un largo periodo de estancamiento económico.
Italia teme el contagio
Luego está Italia, que teme un contagio de lo que está sucediendo en España.
En las últimas semanas el gobierno de Roma consiguió diferenciarse del de Madrid. En los círculos europeos, el primer ministro italiano, Mario Monti, ha sido objeto de halagos por llevar la responsabilidad a la economía italiana.
Pero los recientes comentarios de Monti sobre Rajoy demuestran que hay nerviosismo en Roma, sobre todo porque en los últimos días los costos para financiar la deuda pública italiana volvieron a subir.
En privado los españoles afirman que Monti se ha dejado llevar por los halagos recibidos en las capitales europeas.
Un comentarista italiano, Massimo Franco, aseguró que "Monti negoció con la UE más con un ojo en Europa que en Italia". A veces, parece más el comisario europeo que fue en el pasado que el actual primer ministro italiano.
La verdadera prueba de fuego para Italia está por llegar. Hasta ahora el gobierno no ha logrado alcanzar un acuerdo con los sindicatos para flexibilizar el mercado laboral.
Se espera que las medidas sobre esa reforma lleguen directamente al Parlamento italiano, aunque no es seguro que vayan a ser aprobadas. Históricamente Italia se ha caracterizado por diluir las reformas que pueden hacer más competitiva la economía nacional.
A ello hay que sumar que todo indica que Italia entrará en recesión este año, con un aumento de desempleo y de la deuda pública.
Además, el principal sindicato del país se opone a las reformas, lo que es una muestra de que el mayor desafío para Monti está en casa.
Tanto la economía de España como la de Italia son clave para la eurozona. Es por eso que parece que, en un cambio de actitud, Alemania no va a oponerse a aumentar el tamaño del fondo de rescate europeo.
La esperanza es contar con un cortafuegos de 750.000 millones de euros (cerca de US$1 billón) que tranquilice a los mercados.