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LA MANO DE MAO

30 de noviembre de 1998

La economía de Hong Kong, considerada como una de las más abiertas del mundo, ha empezado a sufrir una serie de transformaciones a raíz de su traspaso a la China. El gobierno de la ex colonia británica, preocupado por la fuerte caída en los valores bursátiles, inició un agresivo programa de compra de acciones en agosto como mecanismo para castigar a los especuladores. Es así como ya se han invertido 15.200 millones de dólares en estas operaciones, lo que convierte al Estado chino en el mayor inversionista en bolsa de la isla. Quienes están a favor del libre mercado han criticado fuertemente la medida y argumentan que los inversionistas ya no tienen garantías porque los movimientos de la bolsa no dependen de la actuación racional de agentes independientes sino de las determinaciones del gobierno, que siempre son difíciles de prever.