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Antes de posesionarse como Superintendente de Sociedades, Hernando Ruiz era el director del diario ‘La Nación’. Ahora dice que el reto es prever las crisis empresariales para evitarlas.

PERFIL

La ‘Superempresa’

Un economista huilense asumió el reto de fortalecer la Superintendencia de Sociedades, una entidad que algunos querrían cerrar.

7 de abril de 2007

El futuro de la Super- intendencia de Sociedades estuvo en vilo el año pasado. Un grupo importante de empresarios consideraba que era necesario revisar el papel de esta institución, que además de supervisar y vigilar los balances de las empresas en Colombia, también hace las veces de juez en los conflictos que se presentan entre accionistas de las firmas. Las críticas no eran sólo por parte del sector privado; funcionarios del propio gobierno llegaron a argumentar que esta institución debía desaparecer.

No obstante, finalmente ganaron la discusión quienes creían que la Superintendencia tenía un mañana. La entidad fue reestructurada y ahora vigila menos compañías, pero sigue jugando un papel protagónico en los procesos de salvamento de las firmas que atraviesan dificultades económicas.

Hace menos de un mes, un huilense, quien se venía desempeñando como director del diario La Nación de Huila, asumió la tarea de darle un nuevo curso a esta institución y disipar cualquier duda sobre el futuro de la Superintendencia. Se trata de Hernando Ruiz López, un economista de la Universidad Nacional que cree tener claro el panorama.

"La Superintendencia ha cumplido un papel central en la vida económica del país. Si hay una entidad que pueda conocer, vigilar y orientar la buena organización empresarial es ésta", comentó.

Ruiz llegó con metas precisas. Si 19.000 compañías entregaron sus estados financieros a la Superintendencia en 2006, para este año, lo deberán hacer al menos 26.000.

Sin embargo, el reto no es simplemente recopilar la información. El asunto crítico es poner a funcionar la nueva ley de insolvencia o de quiebras, que es el marco normativo aplicado a las compañías que entran en causal de liquidación. Ruiz cree que esa norma le permitirá al país salvaguardar los intereses de los acreedores y proveedores de las firmas en líos, al tiempo que evitar efectos dominó en sectores específicos, tal como se presentó durante la crisis de finales del siglo pasado.

Paradójicamente, esta ley de quiebras va operar en momentos que el número de empresas en dificultades es muy reducido.

Por eso la tarea ahora para Ruiz no es actuar a posteriori, sino establecer herramientas suficientes para anticipar las crisis. "Toda la información que recopilamos año a año nos debe servir para advertir situaciones que se incuban en empresas o sectores específicos", explicó el nuevo superintendente.

En la época de crisis hasta 400 compañías por año entraban en liquidación o en concordato. Y hubo hasta 1.000 procesos de insolvencia vigentes. Hoy están pendientes apenas 300 y sólo unas 70 empresas por año deben iniciar un proceso de esta naturaleza. Es muy probable que en los próximos años estas cifras se reduzcan más, pues se esperan mejores cifras de crecimiento económico.

Por eso, una tarea de diagnóstico preventivo es fundamental para evitar que futuras crisis golpeen muy duro al sector real. Ruiz parece tener claro ese panorama, sin embargo, llega a una entidad recién reestructurada y que cuenta con un nuevo marco legal que apenas se pone en práctica. Así que esta empresa no es del todo fácil.