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LAS BRISAS DEL PAMPLONITA

El discurso de posesión de Barco y sus primeros nombramientos, indican que soplarán nuevos vientos en materia económica

8 de septiembre de 1986

Pocas veces en la historia del país, un gobierno había comenzado con una agenda tan amplia en el terreno económico: reforma agraria, creación masiva de empleo, reforma tributaria, reorientación del gasto público, reforma urbana... En fin, en su discurso de posesión el presidente Barco trató prácticamente todos los temas importantes de la política económica y sorprendió a los analistas con la intención manifiesta de tomar cartas en más de un asunto espinoso. Pero la sorpresa no fue sólo en el área de las políticas globales, sino también en la designación de las personas encargadas de llevarlas a cabo. En contra de la mayoría de los pronósticos, Barco escogió como director de orquesta a César Gaviria Trujillo, el joven senador pereirano, quien en el Congreso se destacó como uno de los más versados en los asuntos económicos. Aunque en el momento de escribir estas líneas no se conocía el nombre de los músicos, la partitura leída por Barco fue suficiente indicación para los observadores del ritmo escogido para los próximos cuatro años.
Tal como lo reconocieron incluso los técnicos de la administración Betancur, existen dos áreas principales que necesitan atención inmediata. Por una parte, el gasto público está en niveles muy altos a pesar de que durante el gobierno pasado se alcanzó una mejoría notable del problema fiscal, el Presidente sostiene que "se ha dedicado primordialmente al funcionamiento y se han hecho inversiones desmedidas en sectores de dudosa rentabilidad social y económica". Ante esa circunstancia, Barco sugiere que se necesita un control más estricto y una reorientación "hacia las áreas sociales".
El segundo gran tema es el desempleo, cuya tasa es la más alta en la historia del país. Como respuesta, Barco propone "un programa de emergencia en materia de empleo" apoyado por una difusa "solidaridad de empleadores y trabajadores" y la canalización del gasto público.
Pero como si no fuera suficiente con esas dificultades, Barco tocó varios puntos adicionales que produje ron polémica entre los observadores. Uno de los más llamativos fue el del "nuevo esquema tributario", orientado principalmente a estimular la inversión y redistribuir las cargas fiscales, más que a aumentar el recaudo de impuestos. Igual de sorprendente fue el anuncio de la "ineludible" reforma urbana y la "urgente" reforma agraria, con procedimientos "expeditos de expropiación y distribución de la tierra". En temas concretos de política económica, Barco mencionó entre otros la terminación de las estrategias de ajuste, la revisión de la política energética, el estudio de los precios internos del café, la ampliación de la frontera agraria, la corrección de la debacle del sector financiero y la mala distribución del ingreso.
Con semejante agenda, es de esperar una tremenda actividad por parte del Congreso y del equipo económico. Sin embargo, varios especialistas consultados por SEMANA aconsejaron tomar las cosas con prudencia. Según estos, aunque dentro del gobierno hay una aparente coherencia sobre las metas a conseguir, todavía no existe una conciencia definida sobre por donde empezar. "Las prioridades son tan difusas como hace cuatro años, aunque esta vez hay más conocimiento sobre lo que sucede con la economía", sostuvo un funcionario de la administración pasada.
Dentro de ese escenario, es definitiva la figura del ministro de Hacienda. Según quienes le conocen, Gaviria es estudioso e inteligente y reúne todas las condiciones necesarias para desempeñar una buena gestión. Quizás el único interrogante serio tiene que ver con su conocimiento del tejemaneje cotidiano del Ministerio de Hacienda, el cual es indispensable si se desea mantener un control estricto sobre la evolución del gasto. A pesar de que sus credenciales en el puro terreno técnico no son las más impresionantes, se asegura que eso se puede solucionar si conforma un equipo equilibrado y decide trabajar en grupo. Sus relaciones dentro del Congreso son muy buenas y cuenta no sólo con el apoyo, sino con el respeto del Partido Liberal.
Pero aparte de esos buenos augurios, Gaviria tendrá que enfrentar problemas serios en múltiples frentes. Además de los mencionados en el área del gasto y el empleo, el economista risaraldense deberá estudiar temas tan disímiles y urgentes como el sector financiero o el comportamiento del sector externo. La primera prueba de fuego llegará en septiembre cuando el gobierno se siente a negociar con los cafeteros el pacto que regirá durante 1987. Aspectos como la upaquización del precio interno o la entrega del Título de Ahorro Cafetero a los productores, deberán ser tratados con el mayor cuidado para no enfrentar al nuevo gobierno con su gremio más poderoso.
Afortunadamente para Gaviria, buena parte del tiempo que consumían las incontables crisis del sector eléctrico desfinanciado en unos 1.500 millones de dólares, debe recaer ahora en el nuevo ministro de Minas, Guillermo Perry, especialista en el tema y quien puede coordinar con Gaviria el diseño de mecanismos globales de política económica. En cambio, puede ser que la iniciativa del gobierno de reorganizar la política de comercio exterior se lleve ahora la atención. Las informaciones preliminares indican que existe la intención de fundir a Proexpo e Incomex en una sola entidad, con un énfasis muy marcado hacia la promoción del comercio exterior colombiano, a través de una especie de banco de fomento. A pesar de que la idea en su versión preliminar fue calificada como "una locura" por funcionarios de la administración que entregó el mando, existe la impresión de que lo que se aproxima es un vuelco general en las entidades que intervienen en el comercio exterior.
Un factor adicional que puede colaborar para el éxito de la gestión económica, es el hecho de que el Partido Liberal continúa en la Contraloría. Como es sabido, los choques entre el gobierno pasado y el contralor Rodolfo González fueron continuos y ello incidió en la demora de la entidad en certificar rentas y aprobar giros, o en el aplazamiento de la refrendación del contrato del crédito jumbo, a pesar del increíble costo financiero que le implicó a empresas como Carbocol y Ecopetrol.
Pero, por encima de todo, la primera impresión que dejó el nuevo gobierno es la del interés permanente del Presidente en los asuntos económicos. La conformación inicial del equipo económico, así como el nombramiento del direrctor de la Sociedad de Agricultores Carlos Ossa Escobar, como consejero presidencial, hace pensar que en las líneas del discurso de posesión hay mucha más intención que retórica. Es por esa razón que alguien comentaba la semana pasada que, una vez quede atrás el ritmo paísa, el son que va a interpretar el conjunto de técnicos económicos va a incluír los inconfundibles acordes de "Las brisas del Pamplonita"