Infraestructura
Las cinco vías de la vergüenza en Colombia
Por el afán de mostrar resultados, falta de planeación o presiones políticas, muchas obras en el país se están entregando, pero no le sirven a la comunidad porque terminan en nada.
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Aunque Colombia es uno de los países más atrasados en el desarrollo de su infraestructura de transporte, ya que según el Foro Económico Mundial el año pasado se ubicó en el puesto 104 en el ranking mundial, muchas de las obras que hoy se construyen en el país conducen a la nada o terminan en el pasto y convierten en una vergüenza nacional.
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Esto ocurre por mala planeación, presiones políticas o interés por mostrar resultados sin haber terminado las obras. El resultado, en la práctica, es que se invierten billones de pesos en obras inútiles, lo cual lesiona los intereses del país. Eso exige que haya mayor atención de las autoridades y de los organismos de control para que no se sigan presentando.
Para entender las proporciones de las obras que no están funcionando porque fueron mal planeadas, basta comparar con el costo que tuvo el cartel de la contratación que estremeció al país en 2010 y que llevó a la cárcel a varios congresistas, empresarios de la construcción y al exalcalde Samuel Moreno: este generó un detrimento patrimonial de 2,2 billones de pesos. Las obras inconclusas o inútiles ya se acercan a esta cifra.
¿Qué explica este fenómeno? Desde afán de los gobernantes por contratar y ejecutar obras, una mala planeación o, incluso, el interés de algunos funcionarios por mostrar más ejecución y resultados, sin confirmar que esas sean las obras que necesita la comunidad.
Este no es un problema nuevo: está enquistado en el modelo de contratación pública, pero nadie le pone punto final. Estas son algunas de las obras que hacen parte de ese vergonzoso listado.
1. Avenida San Antonio
Este tramo de la calle 183 o Avenida San Antonio, entre la carrera 54D y la Avenida Boyacá, fue terminado en julio pasado y debía mejorar la movilidad del barrio San José de Bavaria. Aunque el contrato fue terminado según lo acordado en el contrato, no tiene ninguna conexión y termina en un potrero. El IDU contrató en 2018 la conexión entre esa vía y la salida a la Av. Boyacá. Sin embargo, las obras no han comenzado y su contratista, Sacyr, planea ceder el contrato a otra firma. En dos años habría conexión, si todo sale bien.
2. Avenida Novena
Durante la administración pasada se contrató la ampliación de la Avenida Novena desde la calle 170 a la calle 193. La obra permitiría mejorar la movilidad de varios barrios del norte de la ciudad. Sin embargo, luego de casi dos años de estudios fallidos, la obra no arranca. El mayor problema es que, aun si se ejecuta el contrato, la nueva vía termina en un muro, pues no se planeó una conexión más eficiente con el extremo norte del ciudad, como ciudad Torca.
3. Avenida Mutis
La calle 63 o Avenida Mutis tiene la posibilidad de convertirse en la tercera avenida que comunica a Bogotá con la sabana hacia el occidente. En 2018 se contrató la ampliación de esta avenida de la carrera 112B a la carrera 122, en el extremo occidental de Engativá y justo al lado de la pista norte del aeropuerto El Dorado.
La vía no ha iniciado obras, pero ya hay un acuerdo para iniciar la ampliación en diciembre próximo. Tiene el mismo problema de la Novena, no conecta en un extremo con nada. La alcaldesa Claudia López busca una concertación con la Gobernación para llevarla hasta la concesión Devisab, que pasa por Funza y Madrid. Era lo que tocaba planear desde el principio.
4. Túnel de Guaduas
En Guaduas, Cundinamarca, se construye una doble calzada de 3,2 kilómetros y un túnel de 4 carriles de 1.880 metros que no servirán para nada, al menos durante un lustro. Las obras forman parte del proyecto Ruta del Sol I y representan una inversión de casi medio billón de pesos. Para terminar la obra y conectar de mejor manera con Guaduas y Villeta, es necesario contratar y construir otros 18 kilómetros con una inversión de 1,5 billones de pesos. Si no alcanzaba la plata para toda la vía, ¿por qué se contrató ese segmento que no lleva a ningún sitio?
5. Avenida Longitudinal de Occidente
Es la cereza del pastel. Desde hace años existen algunos kilómetros de doble calzada y varios puentes que buscan hacer realidad la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) de Bogotá, sin que a la fecha esta obra haya presentado algún beneficio para la comunidad. Y un proyecto de iniciativa privada para terminar y habilitar esta vía entre la calle 13 y el sector de Chusacá completa seis años “en estudio”. Este proyecto está en los planes regionales desde 1961 y no solo le sirve a Bogotá: también al sur y el occidente del país, pues conectaría estos sectores con el norte del territorio sin entrar a Bogotá.