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Aunque la Comisión de Televisión aún no ha tomado decisiones definitivas sobre la televisión por satélite, pocos dudan que esa tecnología será una realidad en el país.

18 de noviembre de 1996

Si en unos años los colombianos tie-nen los ojos más cuadrados que ahora no será porque evolucionó la raza. Simplemente el haber pasado de 20 canales de televisión en 1995 a por lo menos 200 en 1997 los habrá convertido en teleadictos. Y es que a la puesta en marcha de la fibra óptica en Bogotá, que ocurrió este año, se unen ahora la licitación de los canales privados de televisión en noviembre, la licitación de nuevos espacios para empresas de cable en diciembre y la inminente entrada de la televisión por satélite. Pero mientras los usuarios tendrán opciones para dar y convidar, no ocurrirá lo mismo con las empresas publicitarias. Si la audiencia de los programas nacionales baja, los anunciantes podrían reducir sus presupuestos de publicidad en televisión. Y lo peor es que la inversión publicitaria no está en su mejor momento, pues la neta sólo creció 16 por ciento en el primer semestre del año, un nivel muy inferior al de años anteriores y que ni siquiera compensó el aumento de la inflación, de manera que si baja más las cosas se pondrían color de hormiga.Más allá de eso, lo cierto es que con el aumento de la oferta de canales el país está cumpliendo con el propósito de la Ley de Televisión: abrir la oferta de canales, que estaba muy por debajo del resto de América Latina. Y las que más van a contribuir son las empresas del servicio de televisión directa a los hogares _DTH_, que a través de un satélite van a poner a disposición de sus clientes más de 70 canales cada una. La primera en entrar será Galaxy Latinoamérica, una compañía de la norteamericana Huges, el grupo venezolano Cisneros, Televisao Abril de Brasil y Multivisión de México. En Colombia, el socio será Carvajal. Y precisamente por ser la primera ha sido blanco de un debate desde el día en que la Comisión Nacionalde Televisión _CNTV_ autorizó su entrada en unas condiciones que a los ojos de muchos son ventajosas: el DTH no fue considerado como televisión por suscripción, con lo que su entrada al país no tiene que hacerse por licitación. La discusión surge por un artículo de la Ley de Televisión que divide los servicios de televisión en dos: abierta y por suscripción. Según Gustavo Adolfo Carvajal, de Galaxy, "el DTH no cabe dentro de ninguna de las dos categorías, por cuanto ni la programación, ni la transmisión ni la emisión se hacen en el país, de manera que no hay un servicio de televisión sino la recepción de una señal". Eso querría decir que el DTH sería una nueva tecnología que estaría por fuera de la Ley de Televisión y la CNTV no tendría porqué regularla. Alvaro Pava, el miembro de la Comisión que se opuso a la autorización tal como fue concebida, considera sin embargo que "la Ley de Televisión sólo contempla dos categorías y la Comisión no es la indicada para inventarse una nueva". Con él coinciden las empresas de televisión por cable que han pedido una revisión de la decisión. Los argumentos de Pava van más allá. Según él, "en el mundo entero el servicio es catalogado como televisión por suscripción". Carvajal, sin embargo, dice que eso ocurre en los países donde hay emisión, transmisión y programación.Otro punto que alegan los opositores del satélite tiene que ver con la publicidad: en tanto que los de cable no pueden tenerla, puede ocurrir que en el caso del satélite, en la ciudad donde se origina la señal incluyan anuncios de multinacionales y que los ingresos se repartan ente los distribuidores de todos los países, con lo que podrían bajar las tarifas a los usuarios.El hecho es que ante tantas opiniones encontradas la CNTV abrió un plazo para escuchar los puntos de vista de los involucrados, y con base en ellas, ratificar o revisar su decisión. El plazo para opinar se venció el viernes pasado, y aunque aún no se sabe lo que va a hacer la Comisión, a juicio de muchos es poco probable que haya cambios.Según el gerente de TV Cable Bogotá, Augusto Márquez, "si es o no televisión por suscripción es irrelevante; lo que tiene que hacer la Comisión es ponerlos en las mismas condiciones que nosotros, pues hoy en día nuestra carga impositiva equivale al 50 por ciento de la tarifa". Sobre eso, lo que ha dicho la CNTV es que quienes entren al negocio de la televisión por satélite tendrán que cancelar un pago inicial de 200 millones de dólares y otro mensual equivalente al 10 por ciento de su facturación. El problema es que si en realidad el sistema de satélite está por fuera de los alcances de la Ley, hay quienes dicen que la Comisión no tendría por qué cobrarle. Sobre eso aún no hay nada claro. Lo único cierto es que dos o tres meses después de que Galaxy obtenga la autorización de la Comisión comenzará a vender decodificadores en Colombia. También es prácticamente un hecho que a él le seguirá Sky Entertainment Services, que resulta de una alianza entre Televisa de México, Globo de Brasil y Telecommunications Inc, el mayor operador de cable de Estados Unidos. En Colombia, los socios serían los grupos Santo Domingo y Ardila Lülle, RTI, El Tiempo y Datos y Mensajes.El costo para los clientes de Galaxy tendrá dos componentes: un pago inicial de aproximadamente 350.000 pesos por el decodificador, con una cuota mensual de 10.000 pesos por el alquiler de la antena. El pago mensual por la programación oscilaría entre 20.000 pesos por el plan básico _26 canales de televisión y 30 de música digital_, 30.000 pesos para el que tiene cinco canales más y 40.000 pesos si recibe 10 más de televisión y otros dos de cine. Para todos habrá 18 de Pague Por Ver. Augusto Márquez, de TV Cable Bogotá, dice que "la diferencia en canales no será tan grande, pues nosotros tendremos 10 más en noviembre. Y además, con el cable, la misma antena y el mismo control remoto sirven para manejar los canales nacionales, los zonales y los regionales, en cambio con el satélite no. Pero, aparte de eso, la programación va a ser más o menos la misma". Y de hecho, al menos en Galaxy de Venezuela, son muy pocos los canales del plan básico que no están en el cable de Bogotá. Tal vez por eso Márquez dice que "para un usuario no valdrá la pena tener los dos servicios, pues van a ser similares. Todo apunta a una división del mercado: las de cable en las grandes ciudades y el DTH en las zonas aledañas, y en general, en el área rural".La pregunta es qué tan viable es dicho escenario. Carvajal considera que el potencial en Colombia es grande, pues la penetración del cable es de apenas el tres por ciento, muy por debajo del 14 por ciento en promedio de América Latina. Aunque esto muestra un terreno por explotar, también indica que no hay mucha gente dispuesta a pagar por tener más televisión. Eso sería bueno para los canales nacionales y para los publicistas. Pero no para las empresas de satélite, que por ahora sólo están a la espera de lo que ocurra en la Comisión de Televisión, que pese a las dudas es la que tiene la última palabra.