Lleras, el duro

Una de las razones de la popularidad del presidente Álvaro Uribe es el gran resultado económico que ha mostrado. Así como nadie discute los logros en materia de seguridad, tampoco nadie discute que el crecimiento de 7,62 por ciento registrado en 2007 es uno de los más altos de la historia, ni que los niveles de inversión se han mantenido elevados y el balance de las empresas sigue positivo.

Sin embargo, hay un Presidente que en los últimos 40 años tiene mejores resultados y por eso lidera el ranking del manejo económico. Se trata de Carlos Lleras Restrepo. La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) construyó el Índice de Sufrimiento Macroeconómico (ISM), que mide cómo les fue a los gobiernos de las últimas décadas en materia económica.

El indicador es sencillo: confronta los resultados de inflación y desempleo -que son los que más afectan el bolsillo de la gente- con el crecimiento del PIB, que es el que mejora el ingreso de la población. A través de estos indicadores macroeconómicos se logra hacer un cálculo de cuánto sufre en términos económicos una población: mientras más alto sea el resultado, mayor sufrimiento macroeconómico, porque la inflación y el desempleo le ganan al crecimiento; por el contrario, si el índice es bajo, esto quiere decir que el crecimiento económico tiene más peso que el desempleo y la inflación.

Lleras hizo bien la tarea y le permitió al país gozar entre 1967 y 1970 un crecimiento promedio del 5,9 por ciento, un desempleo del 10 por ciento y una inflación de apenas 6,7 por ciento, lo que deja el índice en 11,3 puntos, el más bajo de la clasificación.

Para el ex codirector del Banco de la República Antonio Hernández, las circunstancias económicas y políticas para Lleras Restrepo eran realmente duras, pues el país venía de un agudo proceso de devaluación, acompañado por inflación elevada que llegó a tocar el máximo histórico del 30 por ciento anual. Además, la situación de orden público seguía complicada, pues durante el gobierno de su predecesor, Guillermo León Valencia, se había escalado el conflicto al punto de que se ordenó la operación Marquetalia que dio origen a las Farc.

Así que las circunstancias en que Lleras encontró el país eran realmente complicadas. ¿Cuál fue la razón de sus logros en lo económico? Para enfrentar la situación tomó decisiones drásticas: expidió el famoso Decreto 444 de 1967, con el cual era el gobierno el que decidía cuánto valía el dólar, esquema tan exitoso que se mantuvo durante casi un cuarto de siglo, hasta 1991. Además, se negó a firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que le dio mucha más autonomía acerca de las políticas por instrumentar.

Según Hernández, romper con las expectativas de devaluación le permitió enfrentar la inflación y generar políticas eficientes de crecimiento económico. Esa fue la fórmula del éxito.

La pregunta que queda en el aire es por qué Uribe no pudo destronar a Lleras en este ranking, a pesar de los buenos resultados y de la buena racha de la economía del mundo que le tocó en sus primeros años.

La respuesta es clara: Uribe I y II dejó pendientes muchas reformas. Durante sus dos gobiernos, el crecimiento logró niveles altos pero no sostenidos (de hecho, para este año se prevé que el PIB no crecerá), y además, no se le pudo doblar el brazo al desempleo, que nunca bajó en promedio más allá del 12 por ciento. Ni siquiera los excelentes resultados en inflación ayudaron a Uribe para ocupar el primer puesto.

Las reformas que quedaron pendientes y que deberá sacar adelante el próximo gobierno son la tributaria, la laboral y pensional, y la de justicia. Otra tarea es superar el rezago en infraestructura, resolver el conflicto y definir cuál va a ser el nuevo arreglo institucional si se da la segunda reelección.

Es claro que el panorama está más complicado. Si los próximos gobiernos no les dan solución a los problemas estructurales, lo más probable es que Carlos Lleras seguirá manteniendo el liderazgo del ranking. Lo cual habla bien de él, pero no necesariamente del país y mucho menos de su futuro. n