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LO BUENO, SI BREVE...

Con el cafe a 1.70 dólares en el mercado internacional, se cierra la bonanza cafetera sucedida durante el primer semestre del año

11 de agosto de 1986

Hay un refrán popular que dice que las cosas buenas, si breves, dos veces buenas. Sin embargo, es muy posible que ese dicho no le parezca del todo exacto a los colombianos que anhelaban que la bonanza cafetera que le llegó al país a comienzos del año, se prolongara por más tiempo. La caida en los precios internacionales del café sucedida en las últimas semanas, ha lievado la cotización del grano de más de 2.70 dólares por libra en enero, a cerca de 1.70 dólares durante los primeros días de julio. Como consecuencia, los pronósticos de comienzos del año que afirmaban que el país iba a vender más de 12 millones de sacos de café a un precio superior a los 2 dólares por libra, han pasado a dormir el sueño de los justos. Las previsiones de ventas han sido revisadas en un millón de sacos menos y se calcula que las exportaciones del grano estarán por debajo de los 3 mil millones de dólares para todo el año (unos 800 millones menos que lo inicialmente calculado).
Lo ocurrido la semana pasada con los precios del café, acabó siendo el epílogo -por lo menos temporalde una bonanza que se fue tan rápido como vino. La presencia de una fuerte sequía en la zona cafetera del Brasil, hizo que hace un año se empezara a temer por la suerte de la cosecha correspondiente a 1987, la cual empezará a ser vendida a partir del próximo primero de octubre. Sin embargo, fue sólo hasta finales de 1985 que se empezó a especular sobre los daños de la sequía. Las primeras cifras fueron contradictorias y ante el temor de una escasez, los tostadores de los paises consumidores se apresuraron a aprovisionarse del grano. Por esa razón, lo sucedido fue sorpresivo. Hace apenas siete meses nadie esperaba una subida de precios tan abismal, y hace dos-cuando los tostadores se dieron cuenta de que les sobraba café-el desplome en los precios tomó desprevenidos a los paises productores.
Ahora, los más prudentes estiman que después de tanto vaivén en el mercado, la libra se estabilizará en su nivel actual y que sólo hasta septiembre-en vísperas del nuevo año cafetero-se podrá visualizar la tendencia definitiva de los precios.
En el intermedio, habrá que esperar que la situación de suministros se normalice. Según Juan Manuel Santos, subdirector de El Tiempo y experto en asuntos cafeteros, en el primer semestre cafetero se vendieron 35 millones de sacos, un récord histórico que implicó que los miembros de la "cadena" de compradores (tostadores, productores de derivados del grano y consumidores) estén unos 3 millones de sacos de café por encima del nivel de existencias considerado como normal. Ese exceso de inventarios fue el que acabó determinando el traspiés de los precios y las incertidumbres que se viven actualmente.
No obstante, en los seis meses en que el café estuvo por encima de los dos dólares por libra, los países productores alcanzaron a percibir los frutos de la situación. En el caso concreto de Colombia se vendieron 6 millones de sacos a un promedio de 2.20 dólares por libra, mientras que para la misma época de 1985 se habian vendido 5 millones de sacos a cerca de 1.40 dólares por libra. Con los recursos que entraron se aprovechó para sanear las finanzas del Fondo Nacional del Café y del Banco Cafetero, se pudo subir sustancialmente el precio interno de compra del grano y se ejecutaron los planes acordados con el gobierno en el sentido de "sembrar la bonanza" a través de préstamos con tasas de interes subsidiadas de los cafeteros al Estado.
Aun con la nueva coyuntura de precios, se estima que para 1986 se tendrá un excedente-de 100 mil millones de pesos, de los cuales ya se ha recibido una buena parte. Tal vez el único problema que no fue solucionado fue el del cafe almacenado, pues a pesar de las mayores ventas y de un contrabando que se estimó entre 50 mil y 100 mil sacos al mes, las existencias disminuyeron tan sólo en 500 mil sacos debido a que la cosecha cafetera fue muy superior a la de años anteriores. Como consecuencia, aún quedan en las bodegas del país más de 11 millones de sacos esperando comprador.
En el frente puramente macroeconómico, los mayores recursos originados en el café ayudaron a despejar las incógnitas que todavía quedaban en el frente cambiario, ya que se estima que este año Colombia acabará con unos 2.900 millones de dólares de reservas internacionales netas (600 millones más que en 1985). Así mismo, la subida en el precio interno de la carga del grano aumentó el poder de compra de los cafeteros y generó un efecto expansivo que se sintió en toda la economía. Aun el gran temor de la bonanza, el de generar una hiperinflación, no se presentó y, por el contrario, el primer semestre se cerró con una situación relativamente favorable en el frente de los precios.
Las perspectivas futuras de Colombia en el mercado del café, no son, sin embargo, todavía muy claras. En el frente interno, el próximo gobierno deberá negociar un nuevo convenio con los cafeteros, en el cual los especialistas recomiendan eliminar el mecanismo de "upaquización" del precio de compra, adoptado a comienzos de año. En el externo, la gran duda tiene que ver con que se decida reinstituir las cuotas de exportación para los países miembros de la Organización Internacional del Café, durante la próxima asamblea en septiembre.
Si es así, Colombia debería aumentar su cuota y prepararse para olvidar los sobresaltos de este primer semestre.
Si no, el mercado quedará otra vez sujeto a las presiones especulativas.
Aún es probable un nuevo despegue en los precios y se insiste en que la Situación es especialmente favorable para el área de los cafés suaves, donde se va a presentar cierta escasez.
Igualmente, hay inquietud sobre las posibilidades de exportación del Brasil. La semana pasada se comentaba en Bogotá que en varias zonas del país del sur se está repitiendo el mismo fenómeno climático que acabó en la gran sequía del otoño.
Pero aparte de los hechos nombrados, la subida de los precios internacionales del café durante el primer semestre, dejó una serie de lecciones valiosas que seguramente serán aprovechadas en el futuro. Quizás la mayor de todas fue el hecho de que el mercado mundial del café ha caído paulatinamente en manos de los inversionistas y especuladores que intervienen en la Bolsa de Nueva York, donde se realizan las transacciones del grano. Tal como ha ocurrido con otros mercados de productos básicos, el del café se ha visto invadido por una serie de compradores que ha influido para que se den fluctuaciones tan grandes en los precios. Como consecuencia, los productores que venden bajo el sistema del prive fixtng, en donde se negocian envios futuros al precio del mercado del dia en que se entregue la mercancía, se exponen a sufrir pérdidas considerables.
Así ocurrió con los exportadores de los países centroamericanos y en general con aquellos que decidieron "jugar" al mercado. En el caso de los colombianos, Juan Manuel Santos denunció que "hay exportadores que quieren que la Federación intervenga en la Bolsa para regular los precios y es muy curioso que son los mismos que han perdido grandes sumas, los que proponen la idea".
Es por esa razón que hay especialistas que insisten en la necesidad de un mercado sin sobresaltos. Tal como le dijera a SEMANA el ex ministro Alfonso Palacio Rudas, una de las primeras autoridades en el tema: "Después de todo esto he llegado a una conclusión: los tostadores de café conforman un oligopolio muy rico, mientras que los exportadores son pobres. Por lo tanto, lo único que defiende a los productores es el Acuerdo Internacional del Café, el cual le asegura preciosy abastecimiento estables a productores y consumídores". --
HABLAN LOS EXPERTOS
Una de las características del mercado del café es las opiniones encontradas que genera. Con la pregunta concreta "¿se acabó la bonanza?", SEMANA consultó la opinión de varios especialistas sobre el tema.
Juan Manuel Santos (Subdirector de El Tiempo)
"Si se mantienen los precios en estos niveles, se acabó la bonanza. Por ese término, entendemos la generación de excedentes para repartir de acuerdo con el convenio celebrado
entre el gobierno y los cafeteros. Al estar el precio por debajo de 1.70 dólares la libra, se acaban esos excedentes y, por lo tanto, la bonanza. Para 1987 es muy probable que se vuelva a los niveles de 1985, tanto en precios como en volumen exportado".
Gilberto Arango Londoño
(Presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café)
"No se ha acabado. Hay una pausa porque los países productores no supieron defender el precio.
Las existencias han disminuido y si se reimplantaran las cuotas del Pacto Cafetero, varios países productores no las podrían cumplir. Esa situación ya ha sido notada por el mercado y la prueba es que en las negociaciones más recientes ya se quebró la tendencia a la baja en los precios".
Alfonso Palacio Rudas (Ex ministro de Estado)
"A esto no se le puede llamar bonanza, sino buenos precios cafeteros. Por ahora, hay mucho panorama por despejar y antes de dos meses no es posible que se aclare la situación .
Para que ello suceda es indispensable que se acaben los fenómenos especulativos que se vieron en la Bolsa en los meses pasados".
Juan Camilo Restrepo (Asistente del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros)
"El término bonanza genera unas expectativas que desbordan su significado. Lo que sí es cierto es que tanto este año, como el que viene, son buenos para la caficultura y el país en general.
Aunque para 1987 el pronóstico es difícil, se puede asegurar que si hay faltante de café brasileño, el volumen de reintegros puede estar entre 2.200 y 2.500 millones de dólares". --