Home

Economía

Artículo

LOS CUATRO GRANDES

Nunca antes en la historia del país los grupos económicos habían tenido tan buenos resultados.

29 de mayo de 1995

DEFINITIVAMENTE LOS TIEMPOS CAMBIAN. Hasta hace relativamente pocos años los únicos ricos oriundos de Colombia que alguna vez veían su nombre dentro del exclusivo club de los más adinerados en el mundo eran los narcotraficantes. Pero ahora eso ya no es así. Una mirada a los resultados de los cuatro principales grupos económicos colombianos revela que, por lo menos en el tema de las ganancias, la economía formal está dando la pelea.
Las cifras hablan por sí solas. Las ventas de las empresas del llamado Sindicato Antioqueño superaron la marca de los 4.000 millones de dólares y las del Grupo Santo Domingo no se quedaron muy atrás. Los ingresos de la organización Sarmiento Angulo crecieron más de un 60 por ciento, llegando a casi 1.400 millones de dólares. Y las utilidades de Ardila Lulle se triplicaron en pesos, hasta alcanzar el equivalente de 179 millones de dólares.
Si antes los colombianos sentían un gran complejo de inferioridad frente a gigantes de la talla de Cisneros en Venezuela o Azcárraga en México, ahora el país empieza a contar dentro del continente. Por una parte, las dos naciones mencionadas están en crisis y varias de sus organizaciones bandera están de capa caída.
Por otra, Colombia ha registrado un crecimiento económico sólido y continuo a lo largo de los últimos años, lo cual se refleja positivamente en los balances de la mayoría de las empresas que operan en el país.
En ningún caso es eso más evidente que en el del Sindicato Antioqueño. Esta telaraña conformada por más de 100 empresas de estirpe claramente paisa tiene la característica particular de no pertenecer a nadie en especial, sino a una multitud de accionistas. Con un bajo perfil que defienden a toda costa sus administradores, el Sindicato encarna algo así como la cara amable del capitalismo.
Pero la tímida sonrisa de este conglomerado con sede en Medellín no se puede confundir con falta de ganas. En los últimos años el Sindicato ha experimentado un impresionante crecimiento gracias a varios sectores donde es líder -cementos, comercio y alimentos- y a otros en los cuales pelea de frente con los grandes, como le ocurre en el financiero. Todas esas actividades han corrido con suerte en un país en el cual la apertura y la abundancia de divisas se han sentido con fuerza.
Y como es de suponer, el objetivo es continuar pisando duro. "Vamos a invertir unos 550 millones de dólares este año para seguir creciendo y modernizándonos", dijo a SEMANA Nicanor Restrepo Santamaría, presidente de Suramericana de Seguros, empresa considerada como el alma del Sindicato.
En materia de alimentos, la idea es consolidar una serie de alianzas estratégicas con otros grupos importantes de América Latina para ganar acceso a nuevos mercados y servir al mismo tiempo como puente para que estos entren a Colombia. Así ocurre, por ejemplo, con la mexicana Bimbo, la segunda firma productora de pan más grande del mundo que opera una flota de más de 13.000 vehículos en el país azteca.
Algo parecido debe pasar en el campo del comercio, en el cual se espera que la nueva asociación con la holandesa Makro le dé un nuevo significado a la palabra hipermercado en Colombia. Todo ello sin hablar de la entrada de Cadenalco a Venezuela, como socio principal de la cadena de supermercados Cada y las tiendas Maxy's.
Por su parte, continúan los planes de ensanche de las cementeras y de crecimiento en el sector financiero cuyas posibilidades aumentan, sobre todo en los campos que abrió el nuevo régimen de seguridad social. Además se está mirando con interés el tema de desarrollo de la infraestructura en electricidad y gas, al igual que en telecomunicaciones y en tecnología de medio ambiente. A lo anterior se agrega un creciente interés en la región, porque como dice Nicanor Restreno "el mercado nuestro es de 70 y no de 35 millones de personas".
Por su parte, el Grupo Santo Domingo aspira a concentrar buena parte de sus esfuerzos dentro de las fronteras colombianas. La privatización de la televisión, la apertura de los servicios de larga distancia y la consolidación de la telefonía celular van a atraer su atención de nuevo en 1995.
Pero no por eso descuidará los otros sectores en los cuales tiene dominio. En cervezas. Piensa aumentar el volumen de sus ventas en más del 5,0 por ciento con respecto a 1994, a pesar de la llegada de Leona. Augusto López, presidente de Bavaria, dice que "nuestra participación en el mercado nacional tendrá que estar por encima del 91 por ciento y el restante nueve por ciento estará distribuido entre Leona, Ancla y las importadas". Y como el grupo se ha caracterizado por ser uno de los más ambiciosos a nivel internacional, sigue en pie la idea de participar en las privatizaciones que adelantan los países africanos de sus plantas cerveceras. Por lo pronto, ha adelantado conversaciones en Angola para comprar la planta que hoy es del Estado.
También en materia de otras bebidas hay metas ambiciosas. El grupo aspira a ganar participación en los mercados de gaseosas, jugos y agua, continuando con una estrategia comenzada en 1994.
Augusto López es optimista sobre el comportamiento de la economía este año, aun con los mayores impuestos que traerá la reforma tributaria. Sin embargo los obstáculos no desaparecerán del todo, pues seguirán existiendo flagelos como el contrabando. Al respecto, dice que "el gobierno debe revisar la decisión de un¿r la Dirección de Aduanas con la de Impuestos". Así mismo, insiste en la necesidad de mejorar la infraestructura en puertos y vías de comunicación para disminuir los costos del transporte.
Precisamente en ese tema tiene cifradas algunas esperanzas la Organización Sarmiento Angulo. Hace unos meses decidió probar suerte en el campo de las concesiones y decidió comenzar con la vía que deberá comunicar a Bogotá con los Llanos. El proceso, sin embargo, no ha sido el más alentador. La demora en la adquisición de los predios ha retrasado seriamente los cronogramas. "No hemos podido empezar", le contó Luis Carlos Sarmiento Angulo a SEMANA.
Pero el banquero más exitoso del país espera una historia diferente en otros frentes. En primer lugar, el sector financiero debe tener un buen crecimiento en el año y aunque el boom de la construcción ya está llegando a su fin, la Olcsal aspira a construir cerca de 1.200 viviendas en el año. Además, Sarmiento está atento a nuevas oportunidades en la región, después de haber participado sin éxito en la privatización del Banco Continental, el tercero más grande del Perú. "Estaremos atentos a las oportunidades", sostiene. También está decidido a lo que venga en el ramo de telecomunicaciones. "Es un sector estratégico", dice después de constatar que su compañía Moviline es hoy por hoy la operadora de telefonía celular más grande en Colombia en términos de abonados por región.
Pero si Luis Carlos Sarmiento se está adentrando en nuevas aguas, Carlos Ardila Lulle va a jugar con las cartas destapadas en 1995. La mayoría de su atención va a estar dedicada a duplicar la capacidad de producción de Leona y a comenzar las obras de la planta de Barranquilla. Según Ardila, "para finales de este año aspiramos a tener un potencial de producción de 7.7 millones de hectolitros, cifra cercana a la mitad del consumo nacional". El costo de semejante esfuerzo se calcula en unos 400 millones de dólares, que incluye la compra de 600 camiones adicionales para la flota de distribución. Además, dentro de la agenda se encuentra el tema del canal de televisión y el desarrollo de la industria azucarera del hoy por hoy primer productor privado del mundo. Y a pesar de que la crisis del sector textil ha afectado a Coltejer, Ardila Lulle se muestra tranquilo y optimista. "Hay muchos más sectores que van bien que aquellos que van mal", agrega.
Esa última frase bien podría resumir la actitud de los principales empresarios colombianos con respecto a 1995. Al fin de cuentas ellos han demostrado en estos últimos años que, a pesar de los problemas conocidos, en el país vale la pena correr riesgos. Por lo menos eso es lo que muestran los balances que dejan en claro que Colombia es mucho más de lo que la mayoría de la gente piensa. También es un sitio donde se hace buen dinero.