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Los nuevos conquistadores

La llegada de empresas extranjeras a Colombia está transformando la forma como viven los colombianos y está obligando a los empresarios locales a reinventarse.

20 de febrero de 2005

Apocas cuadras de la tradicional remontadora de calzado, impregnada de bóxer y llena de suelas de zapatos regadas por el piso, usted probablemente encontrará un impecable local de Heel Quick, una cadena estadounidense de zapaterías con operaciones en más de 30 países alrededor del mundo. Al lado de la pequeña droguería del barrio, podría toparse con un supermercado de cientos de metros cuadrados y un surtido de casi 40.000 artículos como Farmacity, las farmacias argentinas que llegaron a Colombia hace poco más de un año. Y al frente del viejo y conocido 'lavaseco' con olor a varsol, quizá descubra un moderno local de Pressto, una franquicia española de lavanderías que ingresó al país a comienzos de 2002.

La llegada de empresas extranjeras a Colombia en los últimos años ha cambiado la forma como los colombianos hacen mercado, reparan sus zapatos, van a cine, alquilan videos lavan el carro y, en general, hacen sus vueltas de fin de semana. También ha sacudido negocios que parecían congelados en el tiempo, con presentaciones y servicios innovadores que han obligado a los empresarios locales a ingeniarse la forma de enfrentar la nueva competencia.

Son dos los caminos que recorren los extranjeros para entrar al país: invirtiendo directamente o a través de franquicias. En ambos casos, las cifras son elocuentes. La inversión extranjera en el sector de comercio, restaurantes y hoteles, por ejemplo, ha sido de 130 millones de dólares anuales en promedio entre 2000 y 2004, según datos del Banco de la República. De otro lado, una encuesta de la firma Tormo & Asociados revela que en los dos últimos años se ha duplicado el número de franquicias en el país, especialmente en negocios como tiendas de ropa, comidas rápidas y servicios. Aunque parte de este crecimiento se debe a que más empresas colombianas han decidido expandirse mediante el sistema de franquicias, también ha contribuido el ingreso de negocios foráneos.

Curiosamente, el común denominador de estas inversiones es el hecho de encontrar en Colombia, en mayor o menor medida, mercados poco desarrollados o manejados por empresarios informales. El negocio de las lavanderías, por ejemplo, creció a punta de pequeños locales de garaje. Tanto que sólo en Bogotá existen cerca de 3.500 establecimientos, según el gerente de Lavatex, Fernando Aranguren. Algo similar encontraron los dueños de la franquicia de Blockbuster, la cadena de tiendas de video más grande del mundo, cuando llegaron a Colombia en septiembre de 1995. "Más del 90 por ciento del mercado era pirata", dice el gerente de la empresa Saúl Kattan y agrega que, pese a la expansión de Blockbuster y la reacción de su tradicional competidor, Betatonio, el alquiler de videos sigue dominado por la piratería.

En otros sectores, como el de salas de cine, el potencial de crecimiento era -y sigue siendo- enorme. En 1999, año en que llegó al país Cinemark, había en Colombia una pantalla de cine por cada 120.000 habitantes, mientras el promedio en el mundo era de 40.000. Hoy Cinemark tiene puestos sus ojos en ciudades intermedias, como Neiva, Palmira, Santa Marta o Ibagué, donde próximamente abrirá 18 salas de cine.

Los 'cabezazos'

No son pocas las innovaciones que han traído los inversionistas extranjeros al sector de servicios. En negocios donde todo parecía estar inventado, llegan con nuevos conceptos, locales más grandes y mejor ubicados o servicios de mayor calidad y también, muchas veces, más costosos.

Un caso interesante es el de los casinos, que han dejado de ser sitios de apostadores empedernidos para convertirse en lugares de entretenimiento al que van desde parejas de pensionados hasta amas de casa. Ese es el concepto que busca ofrecer Winner Group, una empresa de capital español que con una inversión cercana a los 25 millones de dólares es dueña de los casinos Hollywood, Rio, Rock'n Jazz y Slotmania en Colombia. Con el ánimo de atraer a quienes nunca han pisado un casino, esta compañía organiza todo tipo de espectáculos, desde un concierto de la Toya Jackson hasta una presentación de Helenita Vargas. Sólo el año pasado entraron casi tres millones de colombianos a los casinos de Winner Group y les dejaron 18 millones de dólares en ingresos.

Otra forma de innovar es con el tamaño y la ubicación de los locales. Farmacity, por ejemplo, introdujo un formato que no existía en el país: las grandes superficies de farmacias. Hoy tiene nueve en Bogotá y busca seguir creciendo para captar un buen porcentaje de los 3.800 millones de dólares anuales que mueve el mercado de medicinas y productos de belleza en Colombia.

La estrategia a la que le han apostado franquicias como Heel Quick o Pressto, además de una mayor calidad en el servicio, es estar localizadas en supermercados y centros comerciales, de tal forma que sus clientes manden a arreglar los zapatos y a lavar la ropa mientras hacen sus compras. Pero quizás el 'cabezazo' mayor es la franquicia de Pronto Wash, un sistema de lavado móvil de carros que nació en Argentina hace seis años y que comenzó a operar en Colombia a mediados de 2004. En lugar de que el carro vaya al lavadero, un ejército de 80 'técnicos de lavado' equipados con máquinas portátiles recorren los parqueaderos de centros comerciales para prestar el servicio.

Todas estas innovaciones involucran además un cambio tecnológico y un conocimiento profundo de cómo operar el negocio. Un ejemplo típico es el del Baloto, la marca de lotería en línea de la multinacional Gtech que revolucionó el sector de apuestas en Colombia. El famoso tarjetón, que ha llegado a ofrecer un premio acumulado de 42.000 millones de pesos, hoy tiene casi la tercera parte del mercado de loterías en el país. Otro caso es el de las grandes cadenas de comercio, como Makro, Carrefour o Casino (accionista de Almacenes Éxito), cuyo ingreso significó mejoras en la logística o en el acceso a proveedores internacionales. Hoy nadie se sorprende de encontrar en un supermercado pescado fresco durante todo el año o vinos importados a precios bajos, algo impensable hace menos de una década.

Ante la arremetida de los extranjeros, los jugadores locales han tenido que ajustarse y adoptar los nuevos estándares. "Quienes no han podido viajar a ver cómo funciona su negocio en otras partes del mundo, ahora tienen el ejemplo al frente", dice Manuela Velásquez, ejecutiva de Tormo & Asociados, especialistas en franquicias. Y aunque muchas veces los recién llegados modelos de negocio coexisten con los tradicionales, van transformando todos los sectores del mercado poco a poco. Los nuevos conquistadores no sólo elevan la vara de calidad en el servicio sino que acostumbran a los clientes a no conformarse con menos. El más beneficiado es como siempre el consumidor.