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El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, salió a la defensiva y desestima que la situación económica de su país sea de alarmar, sin embargo, no convence a muchos. Hasta el Rey Juan Carlos ya ha expresado su preocupación por la crisis

CRISIS

Mal mediterráneo

Cuatro países tienen con los pelos de punta a los Presidentes de Europa. Si los problemas fiscales de Grecia preocupan, la crisis económica de España tiene en pánico a sus vecinos.

13 de febrero de 2010

Desde hace varias semanas, los grandes gurúes de la economía, los mercados financieros y la prensa económica internacional no le quitan los ojos de encima a un grupo de países europeos: Portugal, Irlanda, Grecia y España. Por estos días, las principales Bolsas del mundo se mueven al ritmo cambiante de la preocupación que tienen los analistas del mercado por las finanzas públicas de esos cuatro países.

Aunque el gran escándalo financiero lo protagoniza Grecia por sus graves problemas fiscales y el riesgo de que contagie a otras naciones, es la economía española la que más desvela.

El premio Nobel de Economía de 2008, Paul Krugman, en un artículo publicado en su blog en The New York Times, afirmó que la mayor dificultad de la eurozona no es Grecia, sino España, y el profesor de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini advirtió en el reciente Foro Económico celebrado en Davos (Suiza), que la caída de Grecia supondría un problema para la zona euro, mientras que la de España representaría un desastre.

El semanario británico The Economist ha cuestionado el liderazgo del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para sacar adelante a España. "Si Grecia está en quiebra, ¿se encuentra España lejos de verse en la misma situación? Siendo cuatro veces más grande que Grecia, España ha recibido casi la misma negativa por parte de los inversores", dijo el prestigioso semanario en un análisis.

El nivel de déficit fiscal y la deuda pública española han causado nerviosismo en las últimas semanas en los mercados financieros. Desde octubre de 2008 la Bolsa madrileña no vivía un día de pánico como el que tuvo el pasado 4 de febrero. Y aunque bastante tuvo que ver en ello el susto por la situación de Grecia, la realidad de la economía española es complicada.

Mientras las principales potencias comenzaron a crecer, incluido Estados Unidos, por donde empezó la crisis, la economía de España sigue en recesión. Prácticamente, es la única del G-20 (las 20 principales economías del planeta) que permanece con tasas negativas del Producto Interior Bruto. El país cerró 2009 con una caída de 3,6 por ciento.

Pero ¿por qué va tan rezagada la economía española? El diario económico Expansión de Madrid, citando a Xavier Segura, director del Servicio de Estudios de Caixa, Cataluña, tiene una explicación. Mientras la mayoría de países sólo afrontó una crisis financiera, en España se juntaron otros factores como el boom de la vivienda; la crisis de la construcción; el fuerte endeudamiento de las familias y las empresas; el alto desempleo, que ya bordea el 20 por ciento, y un acumulado déficit fiscal.

Ante tan duras noticias, el gobierno español ha tenido que salir a la defensiva. El presidente, Rodríguez Zapatero, dice que la economía española no tiene nada que ver con la griega y ha tratado de dar confianza a los mercados. Sin embargo, no ha sido fácil convercer a la opinión, que está extremadamente nerviosa. La preocupación ha llegado a la Casa Real. El Rey Juan Carlos ha intensificado los encuentros con los sindicatos y empresarios por la crisis económica e incluso podría estar buscando un gran Pacto de Estado para salir de la situación.

Lo cierto es que, como dice Mauricio Cárdenas Santamaría, del Instituto Brookings en Washington, si bien España no es Grecia, sí desempeña un papel muy importante en la zona euro, y sus problemas económicos preocupan a Europa. Alemania y otros países de esta comunidad tienen gran parte de la deuda española y obviamente, los pone nerviosos un deterioro de la calidad de sus bonos.

Para muchos analistas la situación económica de España y sus compañeros en el grupo de los Pigs (acrónimo formado por las iniciales de Portugal, Irlanda, Grecia y España -Spain-) es tal vez el mayor desafío que ha enfrentado en su historia la Unión Económica y Monetaria. El propio Banco Central Europeo (BCE) alertó la semana pasada por los elevados niveles de déficit y deuda pública de varios países de la zona euro.

En un boletín informativo el BCE dijo que esto no sólo representa una carga adicional para la política monetaria, sino que "desacreditan la función del Pacto de Estabilidad y Crecimiento como pilar fundamental de la Unión Económica y Monetaria".

La semana pasada en Bruselas la Unión Europea anunció que saldrá al rescate financiero de Grecia, sin embargo, pocos creen que los países más fuertes, como Francia y Alemania, pueden impedir que algunos de sus socios amenacen el crecimiento europeo. Fueron más bien palabras de aliento y solidaridad.

Para Julián Cárdenas, analista de la firma Corredores Asociados, la buena noticia del rescate puede ser momentánea, pero hasta el momento no se han dado los detalles precisos de la ayuda, ni de la posibilidad de que este tipo de auxilios se extienda a los países en similar situación. "La diligencia de los dirigentes para atender las crisis ha sorprendido favorablemente a los analistas, pero, por otro lado, enciende las alarmas porque evidencia la gravedad de la situación".

Alberto Bernal, de la firma Bulltick Capital Markets en Miami, cree que el costo político de Alemania y Francia para salvar a Grecia es muy alto. Resultaría muy difícil para el presidente Nicolas Sarkozy y la canciller Angela Merkel explicar a sus electores que necesitan ayudar a la Europa meridional, cuando los ciudadanos de Francia y Alemania consideran que Grecia ha sido un país muy irresponsable en términos de gestión económica y fiscal. Según Bernal, "el anuncio de ayuda de Europa a Grecia reducirá el nivel de sentimientos negativos respecto al futuro de Portugal, España e Irlanda. Si la Unión Europea apoya a Grecia, a pesar de su irresponsabilidad fiscal, pues sería ilógico suponer que no haría lo mismo con los otros, si se llegara a ese evento".

En todo caso, cualquiera sea el apoyo a Grecia que los líderes europeos están dispuestos a dar, es importante porque, como dice Bernal, en la eventualidad en que un país de Europa llegara a entrar en una cesación de pagos se podría generar un caos inmenso en los mercados, y las consecuencias sobre el crecimiento económico mundial serían terribles. "Permitiendo un 'default' de la deuda de un país dentro de la Unión Europea, en nuestra opinión, probablemente podría generar el colapso de la unión monetaria".

Verónica Navas, de la firma Econcept, afirma que la situación fiscal de Grecia venía siendo delicada desde hace ya años. "Ser parte de la Unión Europea le permitió endeudarse a tasas bajas, lo que indujo un 'boom' de endeudamiento y consecuentemente un auge de consumo". El déficit fiscal de Grecia alcanzó un impresionante nivel de 12,7 por ciento del PIB el año pasado (por encima del 3 por ciento que autoriza el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea), y su nivel de deuda pública supera el 110 por ciento del PIB. Según Navas, los temores en cuanto a la capacidad de las autoridades griegas para poner esta situación fiscal bajo control se tradujeron en un incremento en las tasas de los bonos de deuda pública griega. El pánico se regó en las últimas semanas y aunque los líderes europeos han tratado de frenarlo, muchos temen que una cesación de pagos de Grecia, tenga un efecto 'dominó' en España, Portugal e Irlanda, y eso sería devastador y con implicaciones en todo el mundo.

A Colombia le preocupa en particular lo que suceda con España. Mauricio Cárdenas dice que el mayor impacto se vería en las remesas que se podrían seguir cayendo y tener consecuencia en zonas específicas como el Eje Cafetero. En medio de todo, hay un factor positivo de la crisis europea y es que, en la medida en que los inversionistas sientan temor y desconfianza por esas economías, mirarán hacia los países emergentes, y en ese caso Colombia se podría ver favorecido con flujos de inversión.

Por lo pronto, al ritmo en que están evolucionando los acontecimientos y con el grado de incertidumbre que hay sobre la recuperación de la economía mundial, no resulta exagerado lo que dice Roberto Steiner, director de Fedesarrollo: "Hay que estar monitoreando los mercados cada 30 segundos". No es para menos, primero fue Dubai, luego Grecia. ¿quién sigue?