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MAS CONCORDE QUE JUMBO

El crédito de 1.060 millones de dólares no es el ideal, pero es lo único que se podía.

24 de agosto de 1987

El crédito externo que el conjunto de bancos privados liderados por el Chemical Bank ofreció formalmente al gobierno el pasado 20 de julio se asemeja más a un Concorde que a un Jumbo, al menos mirándolo desde el aeropuerto de salida antes de su aterrizaje en el Palacio de los Ministerios.
Es un Concorde pues es más pequeño que el Jumbo, más rápido y tiene menos asientos. Es más pequeño en comparación con los Jumbos que han despegado con destino a México (7.700 millones de dólares) en el pasado septiembre, Argentina y Venezuela y los que se esperan con destino a Brasil. Es más rápido, pues tomó sólo dos meses de negociaciones contra dos años que consumió la renegociación de la deuda mexicana. Tiene menos asientos, pues se espera que el número de bancos que participen en la operación sea menor que en épocas anteriores. Menos pasajeros pero mejor atendidos; como en un Concorde.
¿Qué viene dentro de él? Lo que el gobierno estratégicamente solicitó. Crédito fresco, obtenido en una operación de mercado voluntario, con destino no a megaproyectos, ni atado a la compra de maquinaria y equipo en el exterior, sino en su mayoría, divisas de libre disponibilidad para liberar recursos en pesos con destino a la inversión pública en infraestructura social (apellidada Plan de Rehabilitación y Plan de Lucha contra la Pobreza Absoluta).
Son 1.060 millones de dólares, que son manejables pues se mantienen dentro de la línea estratégica del gobierno de "mantener constante el saldo real de la deuda, o lo que es lo mismo, permitir un crecimiento de 4% anual en términos nominales, compensando los efectos de la inflación internacional" en palabras de Mauricio Cabrera, director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda. Otra línea estratégica consiste en "mantener la estructura de la deuda externa según el tipo de prestamista" (60% con entidades multilaterales como Banco Mundial y BID y bilaterales, y el resto con la banca privada). El tercer componente de la estrategia ha sido el más debatido: realizar con la banca privada operaciones de crédito en el mercado voluntario de capitales antes que refinanciar, renegociar, reprogramar o en fin, modificar de alguna manera las condiciones de los pagos de principal o de intereses de los créditos ya existentes.

LAS OPCIONES
Los principales argumentos de este debate son los resumidos en el recuadro. En el reciente caso colombiano, los defensores de una renegociación, que fue una opción largamente debatida, fue una rara mezcla de intereses que coaligó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, pasando por algunos técnicos del gobierno, con la mayoría de los políticos conservadores y algunos representantes del Partido Liberal. Otra opción que se planteó para conseguir recursos externos, y que se llevó adelante por más de seis meses con resultados pobres, fue la de salir al mercado internacional para colocar bonos. El "éxito" de colocar 80 millones de dólares en bonos en el mercado japonés, 50 millones con el Citibank, 30 millones más allá, 20 más acá, y así sucesivamente, demostro que este camino era muy limitado, y que de seguirlo, se tendrían los mil millones en el año dos mil. Además, fue un mecanismo muy costoso, pues los bonos tenían un interés del 1 y 18 sobre el Libor con cinco años de maduración. Estos recursos, más el bombeo más apresurado de petroleo, darían respiro en el frente externo.
Tercera opción, triunfante: tratar que los bancos extranjeros ofrecieran algo razonable, en forma concertada, o de lo oontrario se iría a una reestructuración. Banco de la República, Planeación Nacional y el nuevo Minhacienda aparecen como los adalides de esta posición, que poco a poco se consolidó dentro del gobierno, llegando a ser la oficial. Por dónde empezar: por plantear el problema a la comunidad financiera internacional. Mediante el documento de "Programación Financiera 1987-1990" del 4-8 de mayo pasado se hace una invitación "a la banca internacional para iniciar un diálogo alrededor de propuestas concretas... con énfasis en que la mejor manera de asegurar un crecimiento sostenido y la credibilidad crediticia es a través de un panorama económico despejado en el mediano plazo".
Con el plan de mediano plazo claro, el equipo negociador colombiano le expresó a la banca internacional: soluciones de 80 millones de dólares no nos sirven; las condiciones del crédito no pueden ser menores que las de las experiencias internacionales de reestructuración; no se quiere llegar a una reprogramación o algo parecido; y hay necesidad de reducir la incertidumbre, planteando como límite el 20 de julio para negociar.

LA OFERTA
Antes de esta fecha llegó la oferta del sindicato de bancos, consistente en colocar dentro de ellos los 1.060 millones de dólares, en condiciones bastante comerciales: período de gracia de 5 años y medio; plazo de 10 años (algo más corto que lo planteado por el país que era de 14 años); tasa de interés variable en 1516 sobre el Libor o sobre el Dolar (tasa interna de mercado de cada país) que se compara favorablemente con la obtenida por México de 1316 sobre el Libor.
Otros puntos importantes de la oferta se refieren a tener acceso a los informes semestrales del Fondo Monetario Internacional sobre el comportamiento de la economía, que es muy diferente a algún tipo de monitoría, ya que esta última implica acuerdo previo sobre metas, algo que en este caso no se ha dado; además, esta es una solicitud no al gobierno de Colombia, sino al FMI. Pagos efectuados bajo provisiones a ser acordadas, lo cual es usual. Una porción de los préstamos, 20%, cofinanciada con el Banco Mundial, que no le afecta al país. Una porción, a ser acordada, respaldada por garantías libremente transferibles con el fin de facilitar el eventual futuro retiro de la operación de algún banco. Como en el anterior Jumbo, sumisión a las Cortes de Nueva York y Londres, y determinación de la validez por el Consejo de Estado de Colombia.
¿Qué factores influyeron en este resultado? Por un lado, mirando el lado oscuro del ambiente internacional, se encuentran dos elementos: uno, que Colombia es "una buena casa en un mal vecindario" y dos, que los bancos internacionales están en una nueva posición, dura, realista, por primera vez desde la crisis de la deuda de principios de la década. "En los dos meses anteriores, grandes bancos de Estados Unidos y de Inglaterra han agregado más de 15 mil millones de dólares a las previsiones de pérdidas por préstamos" según el Wall Street Journal del pasado 22 de julio. Lo positivo: la posición de solidez económica tanto en la estructura como en el manejo de la política que tiene el país en el medio ambiente internacional; el reducido monto de la solicitud, sólo para cubrir amortizaciones, con lo cual los bancos no aumentan su "exposición" en el país; y la influencia ejercida por los gobiernos sobre sus bancos, ansiosos de mostrar que al que se "porta bien" lo ayudan.
El crédito obtenido no es lo ideal, ni es la solución mágica, ni la solución total. Es un Concorde, para volver al símil original, que no ignora la existencia de otros aviones, camiones y zorras de caballo. Es sólo una etapa de negociación de la deuda externa, que se repetirá dentro de dos años con los mismos actores externos, y que tendrá otras fases con el Banco Mundial, el BID y bilateralmente de gobierno a gobierno en un futuro próximo. Es un reconocimiento a la situación sólida en lo económico que tiene el país, la cual, a pesar de las múltiples y permanentes críticas internas, ha sido tradicionalmente manejada con más seriedad y consistencia que casi todos los países de América Latina.

ARGUMENTOS DEL DEBATE
Costo de la refinanciación
-Crea resistencias y desconfianza entre los prestamistas e inversionistas extranjeros.
-Obliga a mantener más reservas, usar más trueque e importar pagando en efectivo o con costos financieros mayores.
-Puede ocasionar saboteos comerciales.
-Compromete mucho tiempo.
-Son más Costosos de lo que aparecen a primera vista, por pago de intereses de mora, mayores comisiones de seguro y efectos indirectos.
-Se aplica sólo a una parte de la deuda: La porción menor con la banca comercial y no a la porción mayor con la banca multilateral y bilateral.
-Implicaría intervención del Fondo Monetario Internacional y de un comité de bancos.

Beneficios
-Se reduce el monto del servicio anual de la deuda (amortización de capital e intereses).
-Se logran mejores términos y condiciones, de seguir la experiencia de México.