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E N T R E V I S T A

“Me da nostalgia dejar el Ministerio”

A sólo seis meses de terminar el gobierno Pastrana, Marta Lucía Ramírez renuncia a su cargo como Ministra de Comercio Exterior. SEMANA habló con ella.

22 de octubre de 2001

La semana pasada se conoció la renuncia de la ministra de Comercio Exterior, Marta Lucía Ramírez. Después de tres años y medio de gestión Ramírez deja el Ministerio y se va como embajadora de Colombia en Francia. SEMANA la entrevistó. SEMANA: ¿Por qué se va justo seis meses antes de que termine el gobierno? Marta Lucia Ramirez: Yo tenía entre mis planes mantenerme en el Ministerio hasta que concluyera la actual administración. Pero el Presidente me ha ofrecido la posibilidad de irme a la embajada de Francia y creo que es una oportunidad interesante. Es un campo complementario con lo que he venido haciendo hasta ahora. Existen grandes posibilidades de aumentar las inversiones francesas en Colombia, así como aumentar las exportaciones colombianas hacia ese país. SEMANA: ¿No siente remordimiento de irse justo cuando el Atpa quedó colgado de la brocha? M.L.R.: A mí, obviamente, me da mucha nostalgia dejar el Ministerio, en general por todos los temas importantes. Pero no me queda ninguna duda de que el Atpa va a salir adelante. El Presidente, el Canciller, el embajador en Estados Unidos y yo le hemos metido todo el hombro a esta gestión, que es una prioridad para las exportaciones colombianas. Estoy segura de que el Atpa se aprobará, tanto en la prórroga como en la ampliación de nuevos productos. Es cuestión de tiempo. Siento nostalgia de dejar el cargo pero no me da complejo de culpa pensar que voy a dejar esto de alguna manera botado. SEMANA: Se va en un momento en que Venezuela está a punto de devaluar. ¿Qué les diría a los empresarios colombianos que exportan hacia el país vecino? M.L.R.: Somos conscientes de que la situación del bolívar no es sostenible en el largo plazo, por lo que hemos venido trabajando con los empresarios colombianos para lograr que nuestras exportaciones hacia ese país sean competitivas, no sólo por el efecto tasa de cambio sino porque de verdad tenemos unos productos de excelente calidad y precio. En la medida en que la devaluación de Venezuela no sea exagerada las exportaciones colombianas están en capacidad de competir en ese mercado. SEMANA: ¿Cuál sería entonces el mensaje para los exportadores colombianos? M.L.R.: Que busquen nuevos horizontes y diversifiquen sus mercados de exportación. No tiene ningún sentido que las exportaciones colombianas estén concentradas en dos mercados fundamentalmente, como lo son Estados Unidos y Venezuela. Deben trabajar para llegar a otros lugares, como Europa o Asia. De ahí que en el Ministerio hayamos elaborado un plan estratégico exportador hacia estos dos destinos. SEMANA: ¿Cuál fue su mayor logro y cuál su mayor frustración al frente del Ministerio? M.L.R.: El mayor logro, haber desarrollar un plan estratégico exportador y una política de competitividad a 10 años. La mayor frustración es no tener todavía una composición lo suficientemente diversificada de las exportaciones colombianas. Quisiera que tuviéramos muchos más productos, muchos más destinos, muchos más servicios de exportación. SEMANA: ¿Qué consejo le daría al nuevo ministro de Comercio Exterior? M.L.R.: La principal recomendación es que siga trabajando conjuntamente con el sector privado colombiano, tanto para el desarrollo de la política exportadora y de competitividad como para los procesos de negociación que se vienen por delante. Al final de cuentas quienes exportan no son los gobiernos, son los empresarios. SEMANA: Hablando de procesos de negociación, ¿qué tan lejano está realmente el Alca? M.L.R.: Creo que el Area de Libre Comercio de las Américas será una realidad en enero de 2005, fecha para la cual está prevista. Estados Unidos —así como el resto de los 34 países— seguirán metiéndole el hombro. Tanto la negociación del Alca como la de la Organización Mundial de Comercio van a cambiar dramáticamente el perfil del sector privado colombiano, por lo que es importante que en las negociaciones los empresarios asuman un papel protagónico al lado del gobierno.