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Mercosur y UE retoman diálogo con reto de crear mayor área comercial del mundo

El tratado crearía el mayor área de libre comercio del mundo, con 700 millones de personas, y multiplicaría el intercambio bilateral, unos 100.000 millones de dólares anuales.

12 de mayo de 2010

La UE y Mercosur oficializarán en la cumbre de Madrid el relanzamiento de las negociaciones del acuerdo que discuten desde 1999 y abrirán la puerta a un tratado que crearía el mayor área de libre comercio del mundo y beneficiaría a ambos bloques en una coyuntura de crisis económica.

El liderazgo ejercido durante este semestre por Argentina y España en sus respectivas áreas ha sido decisivo para lograr consensos sobre el acuerdo de asociación política y comercial que Mercosur y la UE negocian desde hace más de una década, aunque aún queda un largo camino por recorrer.

El intenso trabajo diplomático desarrollado por ambos países se ha traducido en el reinicio del diálogo y en el diseño de una agenda, que, según fuentes próximas a la negociación, podría incluir una primera reunión a finales del próximo junio.

El acuerdo permitiría a Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Venezuela en proceso de adhesión- consolidarse como organismo y apuntarse un tanto en su agenda exterior, mientras que, para la UE, principal inversor y socio comercial del bloque suramericano, constituiría una excelente oportunidad de negocio en medio de una grave crisis económica.

El tratado crearía el mayor área de libre comercio del mundo, con 700 millones de personas, y multiplicaría el intercambio bilateral, unos 100.000 millones de dólares anuales.

El convenio abarca capítulos políticos, de cooperación -prácticamente cerrados- y comerciales, donde hasta ahora se impusieron las divergencias.

Más de quince rondas negociadoras no lograron limar las diferencias entre ambas partes, que abandonaron el diálogo en 2004 y acudieron a la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.

Las reuniones informales del último año han permitido acercar posiciones, aunque aún es necesario vencer las discrepancias sobre agricultura, industria y servicios, una vez superadas las trabas en inversiones y compras gubernamentales.

El futuro acuerdo de asociación, apuntó el bloque suramericano la pasada semana, "deberá abordar las demandas de acceso de los productos de interés", en especial "bienes agrícolas y procesados".

Por parte de Mercosur "no hay ningún elemento que pueda impedir que entremos en una negociación formal, no hay ninguna voz disidente, están todos por la labor", afirmó a Efe Alfredo Chiaradía, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina.

Dante Sica, consultor y ex ministro argentino, estimó que el acuerdo se dilatará hasta final de año por las divergencias sobre desgravación industrial y cuotas de productos agrícolas.

De confirmarse sus cálculos, Argentina dejaría el camino abierto a Brasil, que asumirá la presidencia de Mercosur en el segundo semestre y que, además, es el único que mantiene una alianza estratégica con la UE.

Para el gobierno español, un avance con Mercosur supondría un significativo logro como presidente en turno de la Unión.

En su carrera por conseguirlo tendrá que vencer los recelos sobre temas agrícolas de Francia que, arropado por otros seis países europeos, sostiene que el acuerdo podría afectar a los intereses del mercado agropecuario local.

Una posición que, según fuentes diplomáticas europeas, no impedirá el avance de las negociaciones después del "alto nivel de exigencia" mantenido por ambas partes para retomar el diálogo porque "nadie quería correr el riesgo de un nuevo fracaso" tras la abrupta ruptura de hace seis años.

"Ahora es cuando se empieza a trabajar en serio", agregaron las mismas fuentes, que admitieron que "el proceso será complicado" y subrayaron que, pese a las reticencias de Francia, Austria o Grecia, la Comisión Europea seguirá adelante con su "mandato de negociación" con Mercosur.

Además, los gobiernos de uno y otro lado del Atlántico tendrán que convencer a los empresarios para que secunden el proceso. Una tarea compleja, al menos en Argentina, donde las patronales mantienen importantes reservas.

"Vemos con cuidado un acuerdo. Tenemos miedo de que perjudique a la industria nacional porque los europeos podrían vender sus excedentes de producción de temporada a precios muy bajos. Por eso queremos un acuerdo sector por sector, no un acuerdo global", declaró a Efe Marcelo Fernández, de la Confederación General Empresaria.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha sido rotundo: "La falta de acuerdo ya no sirve a los intereses de ninguna de las partes".

Una postura compartida por expertos latinoamericanos que advierten de que, si no se aprovecha esta oportunidad, "pasará mucho tiempo hasta que se vuelva a retomar" el proceso.
 
EFE