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Los propietarios de vehículos en Bogotá y la zona centro se han visto sorprendidos: luego de varios años, por primera vez bajó la gasolina, y la reducción fue de 62 pesos.

ENERGíA

Mezclar sí paga

El coctel de alcohol y gasolina llegó para quedarse. ¿Sí es tan bueno como lo pintan? SEMANA le cuenta los pros y los contras.

5 de febrero de 2006

Pocos conocen a Luis B. Ortiz. Este congresista, en los años 40, fue el primero en poner sobre el tapete el tema de los biocombustibles como alternativa frente a las fuentes tradicionales de energía, según lo recordó el contralor Antonio Hernández Gamarra recientemente. Desde ese momento se empezó a plantear la necesidad de fomentar el uso de productos distintos a la gasolina y al diesel, para reducir los costos económico y ambiental del desarrollo.

La premonición de Ortiz se empezó a consolidar el pasado primero de febrero, cuando Bogotá y la zona centro se sumaron al programa de 'biogasolina' que adelanta el gobierno nacional. La medida llegó como agua para el sediento, pues la mezcla de 90 por ciento gasolina y 10 por ciento etanol o alcohol carburante, significó, de entrada, 62 pesos menos en el precio al consumidor, en un producto que venía con alzas de casi 13 por ciento anual durante los últimos años. Todos los propietarios de vehículos estaban ardidos con los precios de los combustibles, pues el desmonte de los subsidios a los combustibles había golpeado sus bolsillos.

En el país ya hay cinco proyectos industriales para producir alcohol carburante: las plantas de los ingenios de Cauca, Providencia, Risaralda, Manuelita y Mayagüez. Hay espacio para iniciativas en otras regiones como los Santanderes y la Costa atlántica, pues hoy falta el 40 por ciento del territorio nacional por ingresar al programa. El alcohol carburante o etanol es un elemento derivado de productos como remolacha, yuca, caña de azúcar, maíz y hasta papa. También se puede obtener de desechos y basura orgánica. Se emplea como aditivo para oxigenar la gasolina, con lo que se busca reducir la emisión de gases contaminantes como el dióxido de carbono.

A pesar de los aparentes beneficios de la biogasolina, los usuarios del centro del país fueron tomados por sorpresa con la medida y la recibieron con algunas dudas. Para responder estos interrogantes que surgen por el uso de la nueva mezcla, SEMANA preparó un ABC sobre el tema.



¿Se debe cambiar alguna pieza?

No, aunque se deben tener algunos cuidados. El etanol tiene cualidades detergentes, lo que significa que limpia los conductos y la suciedad que se desprende de ellos podría generar molestias. La recomendación es estar pendiente del filtro de la gasolina para cambiarlo apenas sea necesario. Además, en presencia de cierta cantidad de agua, la mezcla tiende a separarse y entonces se forma alcohol que puede llegar al motor y generar desgaste en algunas piezas. Un buen mecánico puede revisar si el tanque tiene agua, con lo que se subsana el inconveniente. Para los vehículos a carburador es necesario tener en cuenta que el nivel de octanaje del combustible varía, información importante a la hora de la sincronización, para que el automóvil quede bien calibrado.



¿Pierde potencia el carro?

No. Por el contrario, el desempeño del motor mejora, pues el alcohol presenta un mayor octanaje, que es la capacidad del combustible para generar potencia. En promedio, la mezcla para gasolina corriente aumenta de 86 octanos a 89 octanos, y para la extra, de 94 a 97. El director de hidrocarburos del Ministerio de Minas, Julio César Vera, aseguró que las pruebas que realizó el gobierno mostraban ganancia en potencia del 15 por ciento en promedio.



¿se gasta más combustible?

Los estudios realizados para el programa señalan que no se aumenta el promedio de consumo de combustible. La reducción en el precio se explica porque el 10 por ciento de etanol que contiene la mezcla no paga tributos (ni sobretasa a la gasolina, ni IVA, ni impuesto global). Para el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, Alejandro Martínez Villegas, el ahorro real para los consumidores por la entrada de la biogasolina es de 133 pesos en promedio, porque la gasolina corriente sola (sin mezclarse con alcohol) habría aumentado unos 70 pesos por el desmonte de los subsidios al combustible, tal como ha ocurrido en los últimos años. Así, en las regiones donde opera el programa se están ahorrando cerca de 1.000 millones de pesos al mes.



¿los beneficios ambientales?

Se reduce 22 por ciento la emisión de CO2 por vehículo y 15 por ciento de hidrocarburos volátiles, que son aquellos compuestos de la gasolina que no se queman en el motor y salen por el exosto. Las autoridades destacan que esto contribuirá a reducir en toda la población los riesgos de enfermedades respiratorias.



¿Algo malo con el etanol?

Sí. Debido a que no tiene impuestos y el consumo de gasolina se reduce en 10 por ciento, los municipios en donde se comercializa el producto dejarán de recibir cerca de 58.000 millones de pesos al año, por los impuestos que no se recaudan. Este será, sin lugar a dudas, un duro impacto para las finanzas regionales. Sin embargo, Ecopetrol verá aumentados sus ingresos, porque el 10 por ciento de gasolina que no se vende en el país se podrá comercializar en los mercados internacionales a mejor precio. Según las cuentas de la ACP, esto significa unos 36 millones de dólares al año. Tanto los usuarios como los empresarios y las autoridades creen que los beneficios originados en el uso de este producto compensan con creces los menores ingresos municipales. n