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PAGO POR VER

Varios grupos económicos se pelean el control del Banco de Colombia, que se privatizará la semana entrante.

7 de febrero de 1994

LA MAYOR PRIVATIZACION, EN LO QUE VA corrido del actual Gobierno, está a punto de concretarse. El martes de la semana entrante se realizará la primera vuelta del martillo mediante el cual se venderá al público el 86 por ciento de las acciones del Banco de Colombia, en una operación que debe representarle al Estado una cifra superior a los 300 mil millones de pesos, algo así como 375 millones de dólares.
Para que la negociación se lleve a cabo se tiene que colocar entre los inversionistas privados por lo menos el 51 por ciento del total de las acciones del Banco. Y sólo podrán participar en el martillo quienes estén dispuestos a comprar, por lo menos, el medio por ciento de las acciones, lo que al precio mínimo de 3.1 centavos por acción implica una inversión de 1.643 millones de pesos.
La operación, como era de esperarse, ha despertado una gran expectativa en el país. No sólo por tratarse de la privatización más grande que ha emprendido la administración Gaviria, sino por las implicaciones que podría tener para el sector financiero el cambio de propiedad de uno de los mayores bancos del país. Paradójicamente, y a pesar del tamaño de la operación, no parece haber un gran interés en el extranjero por hacerse al control de la institución. Pero una cosa muy distinta sucede en Colombia, donde varios de los grandes grupos económicos están analizando el tema con gran interés.
Una clara muestra de ello es que varias entidades han hecho el depósito de 600 millones de pesos que tienen que acreditar quienes deseen tener acceso a los libros del banco, con el fin de conocer su situación real, suma que sería abonable a la compra en caso de salir favorecida la oferta. SEMANA ha podido establecer que, hasta la fecha, cinco grupos financieros colombianos -además de un comisionista de bolsa, en representación de un grupo numeroso de pequeños inversionistas- han consignado ese depósito: el Banco Andino, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo, el Grupo Santo Domingo, el Grupo Avesco y el Banco Ganadero.
De los anteriores, los dos primeros están dispuestos a hacer ofertas por más del 70 por ciento de las acciones. El Banco Andino, de propiedad del grupo industrial caleño de la familia Gillinski, está preparado para presentar una oferta por el 70 por ciento de las acciones del banco, de manera que pueda posteriormente fusionar el Andino con el de Colombia y constituir una sola entidad. Para tal efecto contrató los servicios de asesoría en banca de inversión del Barclay's Bank de Inglaterra y el ING Bank de Holanda. El actual presidente del Banco Andino es Guillermo Villaveces, quien fue presidente del Banco de Colombia hasta hace tres años, y por ende tiene un gran conocimiento de la entidad.
Además, el grupo Gillinski ha contratado al banco Morgan Grenfell de Inglaterra para invitar a inversionistas institucionales del exterior y diseñar una emisión y colocación de títulos por fuera de Colombia utilizando el mecanismo de los American Depository Receipts o ADR's en caso de éxito. Esta emisión permitiría capitalizar el banco y distribuir dividendos, sin contar que los propietarios podrían, a su vez, vender una parte de sus propias acciones y obtener una rentabilidad adicional en el negocio. Esta es una operación que, probablemente, realizarían los otros grandes inversionistas en caso de obtener el control del banco.
El otro gran jugador definido hasta ahora es Luis Carlos Sarmiento. Ya solicitó autorización a la Superintendencia Bancaria para realizar la inversión a través de sociedades del grupo diferentes de los bancos de Bogotá y Occidente. Sarmiento es el mayor accionista individual en la banca colombiana, con una participación cercana al 25 por ciento del capital accionario, y al comprar otro banco podría tener una posición dominante en el mercado. Pero tal como está definido el esquema de privatización del Banco de Colombia, tiene todo el derecho de participar en el proceso y no es posible descartarlo si se presenta al martillo con una oferta ganadora. Lo que sí podría suceder es que, en caso de que adquiera el control del Banco de Colombia, se vea precisado a realizar algún arreglo con el Gobierno para evitar que se configure la mencionada figura de posición dominante.
El Grupo Santo Domingo, por su parte, estuvo interesado en adquirir una participación del 51 por ciento del Banco de Colombia a través de sociedades de inversión diferentes del Banco Comercial Antioqueño. Lo que quiere decir que, en caso de resultar exitosa su propuesta, no estaría pensando en fusionar los dos bancos que controla. Sin embargo, el jueves de la semana pasada Julio Mario Santo Domingo tomó la decisión de no participar.
El Banco Ganadero, por su parte, eontrató los servicios de Vesteorp Partners, un banco de inversión venezolano con una buena trayectoria de negocios en América Latina, para tratar de conseguir inversionistas internacionales. Y contrató, además, como asesor nacional, al ex ministro Juan Camilo Restrepo. La participación del Ganadero se planteó inicialmente en dos posibles formas: directamente o mediante la constitución de un fondo para recoger y canalizar dineros de pequeños accionistas.
La participación directa se vio comprometida por la falta de acuerdo entre los principales accionistas de esa entidad. Al parecer, el grupo venezolano del Banco de la Construcción, de la familia Di Mazze, no se pudo poner de acuerdo con el resto de accionistas del banco, muchos de los cuales se han reunido para hacer su propia oferta, por un valor individual inferior al 5 por ciento de las acciones en cada caso.
Di Mazze, por su parte, podría participar independientemente, pues ya está precalificado ante el Gobierno al comprar el Banco Tequendama. No se descarta, además, que su participación sea utilizada como estrategia para resolver los problemas del Ganadero. De ganar la oferta, él se quedaría con el Banco de Colombia y habría algún tipo de arreglo para que los otros accionistas del Ganadero se quedaran, a su vez, con esta última institución.
En cuanto al Sindicato Antioqueño, del que se había especulado que podría ser un jugador serio, SEMANA pudo establecer que han tomado la decisión de no participar sino de manera marginal con una oferta a través de Sufiducia y en un monto inferior al 5 por ciento de la entidad.
El grupo Avesco-Diners, el quinto que pagó por ver, estaría organizando una propuesta hasta por el 30 por ciento de las acciones del banco. Existe, sin embargo, algo de duda puesto que en la actualidad el grupo está en proceso de capitalizar el Banco Superior, que resultó de convertir la compañía de financiamiento comercial Diners en banco.
Lo cierto del caso es que en el primer martillo -que se realiza el martes de la semana entrante- sólo podría haber adjudicación si hay una sola oferta que cumpla con los requisitos de estar por encima del 51 por ciento de las acciones, por debajo del 83 por ciento y con una diferencia de precio frente al segundo de más del 3 por ciento. De lo contrario, todos aquellos que hayan ofrecido en ese rango tienen que presentarse a una segunda sesión donde pueden hacer tres cosas: aumentar el número de acciones yo el precio por acción o quedarse quietos. En este último caso se correría el riesgo de quedar por fuera si los demás suben el precio.
El primer martillo servirá para seleccionar quiénes tienen derecho a la segunda postura. El mecanismo se diseñó así, con la asesoría del First Boston -entidad que participó activamente en la privatización de la banca mexicana- y la empresa colombiana Inverlink, para que los interesados hicieran ofertas por lo que consideran el verdadero valor del banco.
Fuera de los principales grupos se han constituido fondos por parte de sociedades fiduciarias para abrirle el camino a los pequeños inversionistas que no dispongan de 1.643 millones de pesos. A esa tarea se han dedicado Fiducor- la fiduciaria de Corredores Asociados-, la fiduciaria Tequendama con el fondo Poder, la Fiduciaria Central, la Fiduciaria La Previsora y Fiduameris. De estos, el único que ya superó el monto mínimo es Fiducor, que tendría compromisos en un monto cercano a los 8 mil millones de pesos. El fondo Poder -con 1.000 millones de pesos-, la Fiduciaria Central -con 800 millones de pesos- y el de la Previsora -con 600 millones de pesos- todavía no han alcanzado el monto mínimo.
En la operación participarán, además, varios de los fondos de inversión extranjera que se han acreditado en los últimos dos años en el país, entre los cuales se puede mencionar a Morgan Stanley, Baring Securities y Vestrust. Igualmente se sabe que hay interés en instituciones como el Banco Pactual del Brasil y el Bancrecer de México.
La participación de estos inversionistas -en forma individual o asociados para poder participar en la operación-, le da a la privatización del Banco de Colombia un elemento completamente nuevo: la conformación de un verdadero mercado de capitales en el país. Nunca, en efecto, se había realizado en Colombia una oferta pública de acciones para pequeños inversionistas por un valor superior a los 70.000 millones de pesos, que es la cifra mínima que debe quedar en sus manos, de acuerdo con las condiciones de venta del banco. Y eso le da un interés adicional al martillo de la semana entrante.