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Paz entre los Pepes

Después de dos años de peleas, el segundo productor de blue jeans en el mundo y un fabricante de Cali resuelven por las buenas un lío de marca mayor.

16 de agosto de 1993

LA DECLARATORIA DE GUERRA SE DIO A comienzos de septiembre de 1991 en los principales diarios del país. Pepe (U.K.) Limited y Pepe Group PLC, dos sociedades domiciliadas en Londres, Inglaterra, denunciaban a colombianos inescrupulosos que estaban fabricando sin su autorización la ropa desortiva de renombre mundial que lleva la marca Pepe. La respuesta del colombiano Wady Náder Escrucería, quien fabrica blue jeans con la marca Pepe, en Cali, no se hizo esperar.
En otro aviso de prensa denunció a extranjeros que trataban de introducir de contrabando pantalones Pepe, cuya marca estaba registrada legalmente a nombre suyo.
A primera vista podía tratarse de uno de los tantos casos que se dan en Colombia y otros países, de copia descarada de marcas. Sin embargo el asunto tenía peculiaridades tan llamativas que lo llevaron a robarse el show durante los últimos dos años en los litigios de marcas y propiedad industrial del país. Acusaciones de uno y otro lado, demandas y contrademandas, e incluso la intervención del Ministerio de Comercio Exterior a favor del colombiano ante las autoridades de Estados Unidos, le dieron a esta batalla de marcas un tinte como para alquilar balcón.
Pepe de Gran Bretaña puede ser hoy la segunda marca más grande de pantalones en el mundo, después de Levis, y espera pasar al primer lugar durante los próximos tres años. Pepe Group fue constituída en Gran Bretaña el 23 de enero de 1985. La marca Pepe había sido registrada en febrero de 1984 y en breve tiempo alcanzó notoriedad universal. Sin embargo, por mera coincidencia, la marca Pepe había sido registrada 26 años antes (5 de noviembre de 1958) en Colombia por Croydon (propiedad de Uniroyal en ese entonces). Cuando Croydon se dividió en productora de llantas y productora de calzado, dejó algunas cosas de lado y vendió la marca Pepe a los caleños Wady Náder Escrucería y José Mugrabi Mugrabi (éste último le vendió al primero su participación).
En esas circunstancias la Superintendencia de Industria y Comercio reconoció a Náder sus derechos sobre el uso de la marca, amparada bajo la clase 25. En este amparo vino una de las grandes discusiones jurídicas del conflicto. Para Pepe londinense el amparo era para zapatos y no para ropa, mientras el Pepe colombiano alegó que la clase 25 cobijaba lo uno y lo otro y, por lo tanto, opuso los argumentos del caso.
El asunto se puso color de hormiga, a finales de 1991. Mientras la Pepe inglesa se opuso al ingreso de los pantalones del colombiano a Estados Unidos, el caleño hizo valer sus derechos reconocidos por la Superintendencia de Industria y Comercio para impedir el ingreso a Colombia de los pantalones de la extranjera. De allí en adelante hubo de todo (allanamientos, decomisos, etc.), porque, según los implicados, "guerra es guerra ". Con el paso del liempo todo tendía a complicarse y -como sucede en los líos jurídicos de esta índolc- el pleito podría durar por lo menos siete años, con los consabidos y millonarios costos legales y comerciales.
En noviembre de 1992, cuando la guerra estaba en furor y las denuncias penales iban y venían, sucedió algo inesperado. Pepe de Inglaterra comenzó a cambiar de dueños. Novel una de las textileras más grandes del mundo, con base en Hong Kong y de propiedad del multimillonario Silas Chou invitó a otros inversionistas para tomarse hasta el 95 por ciento del control de Pepe Group. Conformaron el grupo SML, y a él ingresaron Maurice Marciano, propietario de Guess -la mayor marca de jeans y ropa deportiva en EE.UU. después de Levis- y Laurence Stroll, presidente de la junta directiva y accionista de Tommy Hilfiger, productor de camisetas deportivas de fama mundial.
El trío se trasó la meta de fortalecerse en todo el mundo. Bajo esa premisa, James Wrigley, presidente internacional de Pepe UK Inglaterra, y Alex Vernot, abogado colombiano de Pepe y uno de los mayores expertos en litigios de marcas y propiedad, se atrevió a plantear la posibilidad de conseguir una salida "a las buenas", pues no le veía futuro claro a un asunto tan espinoso. Vernot planteó a posibilidad de una transacción con la utorización de Pepe Group y Wady Náder aceptó tantear los escenarios posibles. La primera fórmula que se planteó fue la que finalmente cuajó.
"Pepe de Londres reconocía que los productos que fabricaba el Pepe colombiano eran escelentes y se comparaban con los estándares internacionales de calidad", dijo Vernot a SEMANA. Es más, Pepe londinense no veía con malos ojos hacer negocios con el colombiano, si se sometía al diseño, calidad y modelos de Pepe en el mundo. Sin embargo para llegar a esos términos de arreglo se debían dar por terminados los pleitos civiles y penales que existían en Colombia y Estados Unidos, aunque en realidad el enfrentamiento había tocado intereses en Venezuela, Ecuador, Panamá y México.
Después de muchos ires y venires, el 6 de marzo de 1993 comenzó a fumarse en Los Angeles, Estados Unidos, la pipa de la paz. Maurice Marciano, en ese entonces presidente del Pepe inglés, y Wady Náder, por el Pepe colombiano, se convencieron de que "la entrega de armas" y la "reinserción" en un pacto comercial amplio y ambicioso eran lo mejor para cada parte en conflicto.
"Así comenzaron los trámites para poner todo en su justo medio y conseguir la firma del acuerdo total la semana que acaba de pasar", reconoce Náder después de la dura batalla. Los principios del convenio declararon un empate: Wady Náder aceptó la supremacía de la marca Pepe en el mundo. A su vez, Pepe de Inglaterra aceptó el derecho que tenía Náder sobre la expresión Pepe en Colombia, al tiempo que reconoció la calidad de los blue jeans colombianos que podían hacer parte de su negocio.
Como mecanismo de desempantanamiento se realizó un contrato de transacción, según el cual se aceptaba la paz absoluta entre las partes y se retiraban los pleitos que se encontraban ante tribunales de toda índole. Pepe Group extranjero nombró como distribuidor exclusivo de los productos Pepe en Colombia a Wady Náder y a la vez le entregó un contrato de franquicia que le permite al colombiano ser la tercera fábrica en el mundo de los Pepes. Hasta ahora las únicas factorías existían en Hong Kong y Estados Unidos.
La fábrica de Pepe en Cali cuenta actualmente con 650 operarios y después del convenio construye una planta complementaria en Juanchito, que contará con 300 operarias extras. Todos los pantalones que se produzcan en Cali se basarán en los moldes de Pepe Group y contarán con el control de calidad montado bajo la asistencia técnica de Pepe Clothing de Estados Unidos. La franquicia obliga a Nader a cancelar una regalía equivalente al tres por ciento sobre ventas brutas al Pepe foráneo.
En esos términos, el acuerdo logrado entre los Pepes consiguió firmar la franquicia más grande jamás lograda entre inversionistas nacionales y extranjeros. Sólo durante el próximo año se abrirán cerca de 50 almacenes de venta exclusiva de Pepe en todo el país. De hecho, actualmente se montan cinco de ellos en Bogotá (Centro Providencia, Santa Bárbara, Bulevar Niza, Galerías y el Centro Comercial Andino), cinco en Cali y tres en Medellín, mientras llegan más interesados para mamejar las demás.
Pepe Group de Londres vende unos 10 millones de blue jeans alrededor del mundo, sin contar las demás prendas que produce, de los cuales coloca 3.5 millones en Estados Unidos y aspira a vender unos 250 mil durante este año en Colombia. Y aunque no se sabe a ciencia cierta cuánto pudo haber costado el pleito, se estima que las partes invirtieron entre dos y tres millones de dólares en la parte legal. A eso habría que sumarle incalculables costos comerciales por la guerra.
Lo cierto es que el acuerdo consta en 101 contratos que aglutillan más de mil páginas y que demandaron más de 24 horas de firmas de las partes, representadas por los expertos en marcas Manuel Pachón (por Pepe Cali) y Fernando Triana Soto (de la firma Vernot Abogados, por Pepe Londres). Los convenios advierten que el distribuidor panameño que venía ingresando pantalones a Colombia no podrá hacerlo. En tres años los almacenes de Pepe serán los exclusivos vendedores en el país y las partes emprendieron acciones judiciales contra cuatro fábricas en Bogotá, tres en Medellín y tres en Cali que copian fraudulentamente los Pepes.
Para completar, a partir de este momento Pepe cambia su imagen en todo el mundo. Antes de agosto lanza la colección de fin de año con 800 prendas con el nuevo logo de Pepe, respaldado por el símbolo sery del momento, el actor Jason Priestley, de la serie de televisión "Clase de Beverly Mills". Durante este año la ofensiva publicitaria mundial demandará 25 millones de dólares y a partir de esta semana el acuerdo será divulgado en todos los periódicos del país. Como quien dice, los que pecan y rezan, empatan.