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PERU ESTA 'IN'

Por cuenta de la política de Fujimori, la economía inca es ahora la consentida de los analistas internacionales.

28 de noviembre de 1994

EL PRESIDENTE DEL Perú es el favorito de las encuestas para su propia sucesión. La opinión pública internacional atribuye su popularidad al 'Fujimorazo' de 1992 y su consiguiente victoria sobre el terrorismo de Sendero Luminoso. Pero la transformacion económica del país es un elemento tan determinante como el orden público. En realidad, la política económica fue su primer 'Fujimorazo'. Elegido en 1990 por su oposición frontal a los planes de ajuste del escritor Vargas Llosa, apenas llegado al poder, Alberto Fujimori los aplicó con mayor rigor. Pero al cabo de cuatro años los resultados son visibles.

La hiperinflación, que alcanzó el 7.650 por ciento en 1990, ha quedado olvidada en el pasado. Para 1994 se estima que no será superior al 20 por ciento y las proyecciones para el 95 la sitúan por debajo del 10 por ciento anual. El control inflacionario ha ido a la par de una fuerte reactivación económica. El PIB, que en 1988 y 89 decreció a ritmos del 8,8 y 11,6 por ciento respectivamente, creció en 1993 un 7 por ciento y se estima que este año alcanzará un incremento record del 11 por ciento. Los pilares del 'milagro' son la disciplina fiscal y monetaria, la reforma tributaria, la privatización de grandes sectores de la economía, el estímulo a la inversión extranjera y una bonanza pesquera.

Las arcas peruanas se han enriquecido de manera significativa gracias al apretón del gasto y a un mejor recaudo. El ingreso fiscal pasó del 10,5 por ciento en el 93 al 12,5 por ciento del PIB durante el primer semestre de 1994. A esto se ha sumado el producto de la exitosa política de privatizaciones de empresas públicas. Las 37 entidades vendidas han generado ganancias por más de 2.700 millones de dólares para el gobierno. La sola venta del 35 por ciento de la propiedad de la Empresa de Teléfonos peruana y de su filial para larga distancia, ascendió a 2.000 millones de dólares pagados por la Telefónica Internacional española. Pero la lista de tesoros en venta es todavía larga e incluye parte de la banca nacionalizada por Alan García, la compañía de tabaco, Siderperú, o Pescaperú, la primera empresa productora de harina de pescado, mercado en el cual el Perú es el primer exportador mundial.

Como en el caso de las comunicaciones, los gigantes mundiales de la generación eléctrica se interesan por el Perú. La razón es sencilla, con una cobertura de apenas el 40 por ciento de los hogares, la demanda energética tiene un futuro promisorio. Además, la oportunidad está dada con la prevista privatización de las dos compañías generadoras nacionales. La inversión extranjera se interesa también en los hidrocarburos y la mineria. Gracias a ello, el Perú podría pasar a ser el segundo productor de oro de América Latina en el 95.

La industria despegó el año pasado con un crecimiento del 15,4 por ciento. Mención especial merece el sector pesquero. Gracias a unos cardúmenes excepcionales, la inversión del sector en 1994 superara los 400 millones de dólares. Esta bonanza ha elevado al Perú al rango de tercer productor mundial de pescado, después de la China y Japón. Fruto de la expansión, la bolsa peruana no da abasto a pesar del crecimiento del sector financiero, y las empresas empiezan a financiarse emitiendo acciones en Nueva York.

Sin embargo, todo no es color de rosa. El comercio exterior va mal. Las importaciones, en particular de alimentos, siguen creciendo, debido al estado de emergencia económica que vive la agricultura, según el propio ministro del ramo. Las exportaciones están estancadas al nivel de 1989 debido a la revaluación del sol. La Cepal estima que el atraso cambiario alcanza el 40 por ciento desde 1990. Esto incide en la capacidad de pago de la deuda peruana. De los 22.000 millones de dólares que adeuda, el gobierno ha logrado reestructurar tan solo 12.000 gracias a acuerdos con el FMI y el Club de París. El conflicto con la banca privada persiste y por ende, el valor de los papeles de deuda peruana en el mercado secundario bajó al 50 por ciento de su valor nominal.

Pero el frente social es sin duda el mayor lunar de la política de Fujimori. El gasto social ha sido duramente recortado, y el empleo no da muestras de reactivarse. Tanto que este tema se ha convertido en uno de los ejes de la campaña electoral que se inicia.

En el Perú, la apertura, el fin del terrorismo y la llegada de capitales externos abren nuevos y esperanzadores caminos para una economía durante largo tiempo postrada por el atraso en infraestructura y por la profundidad de la crisis sufrida en los 80.