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PIZZAS A LA LATA

A LOS PARTIDOS DE FUTBOL Y A LOS CONCIERTOS LES LLEGO UN NUEVO INGREDIENTE: UNA MAQUINA QUE HACE 120 PIZZAS POR HORA.

6 de mayo de 1996

No siempre es buena la recomendación de no pararles bolas a los desconocidos en la calle. Al menos así lo demuestra la historia de una nueva empresa que inundará a Bogotá en los próximos seis meses y luego seguirá con el resto del país: la pizza en tres minutos. Todo empezó un día en que Juan Manuel Herrera, el actual gerente de la compañía que va a montar el negocio _Pizza'n Drink_, estaba en el concierto de Ricardo Montaner en Medellín vendiendo hamburguesas en un dispensador cuyo diseño le quitó cuatro semanas. En esas, un señor le ofreció comprarle el aparato y le entregó una tarjeta personal. El no tuvo en cuenta el comentario, e incluso le molestó porque su dispensador le había quitado mucho tiempo y trabajo como para vendérselo al primer postor, de manera que siguió derecho y rompió la tarjeta.Lo curioso es que después Herrera se dio cuenta de que él no podría administrar la cantidad de dispensadores que había comenzado a manejar, de manera que patentó su invento y viajó a Bogotá para ofrecerlo. Estando en el estadio El Campín, el gerente de Mecato S.A. _empresa que administra las comidas allí_ le preguntó si conocía a Hugo Molina. El respondió que no. Pero resulta que Molina sí lo conocía a él, y además quería hablarle: era el mismo señor que le había entregado la tarjeta en Medellín. Pero más allá de eso, era nada más y nada menos que el presidente de Estadios S.A., que a la larga no sólo le permitió hacer el negocio de los dispensadores sino que también lo metió en otro: le pidió el favor de probar unos robots que había comprado con unos socios hacía tres meses en una feria en Chicago, pero que estaban quietos en una bodega.El aceptó y después de jugar un rato con la máquina se dio cuenta de que esos aparatos eran unos computadores que le permitirían hacer por lo menos 120 pizzas por hora, cada una de seis pulgadas y de cinco sabores distintos con sus combinaciones queso, jamón, pepperoni, carne y piña. Lo mejor del asunto es que todo eso se logra con un solo operario. El proceso, que tarda tres minutos, comienza en el teclado del computador donde se programan los sabores, continúa en una nevera que le coloca los ingredientes al pan y luego arroja la pizza por un minielevador hacia el horno.Hasta ahora en Colombia hay dos de esos modernos aparatos, que han estado en prueba durante tres meses en El Campín y en el Palacio de los Deportes de Bogotá. Uno de ellos ya ha pasado exámenes como el concierto de Carlos Vives, el de José Carreras y Paloma San Basilio y el de Carlos Santana con Soda Stereo. El promedio de ventas ha sido de 600 pizzas por evento. Al parecer las pizzas han gustado, aunque todavía falta ajustar cosas como que el pan no salga tan tostado. Pero para eso son las pruebas. Después de ellas seguirá la inauguración oficial y luego la expansión. La idea es comprar otras 20 máquinas para Bogotá, cada una por 26 millones de pesos, para instalarlas en universidades, fiestas de colegios o particulares, centros comerciales, aeropuertos, e incluso en locales con servicio a domicilio. Luego seguirá el proceso de crecimiento hacia Medellín y Cali. La meta es que en los próximos tres años haya 200 unidades en Colombia.Así las cosas, la eterna pelea entre pizzerías por llegar rápido a donde el cliente, que por lo general en Colombia se queda en veremos, tendrá un nuevo ingrediente: una pizza que sí es rápida. Pero, como en todo, tendrá desventajas frente a competidores que no son nada despreciables. Uno de ellos será el precio, pues cada una costará entre 2.000 y 2.500 pesos, que resulta algo elevado si se tiene en cuenta el reducido tamaño de las pizzas producidas. No obstante, lo bueno será que los monstruos come-pizzas tendrán una nueva opción para probar, incluso cuando estén todos juntos.