Home

Economía

Artículo

| Foto: Dinero

ECONOMÍA

Planta de regasificación del Pacífico sigue generando discordia

En la presentación del informe del sector de gas natural, algunos empresarios reiteraron sus preocupaciones frente al costo que tendrá infraestructura, pero el gobierno confirma su necesidad para garantizar el abastecimiento.

11 de septiembre de 2018

El sector de gas natural sigue despuntando como uno de los grandes energéticos del país por sus condiciones económicas y ambientales. También por la fortaleza empresarial e institucional que en las últimas tres décadas ha desarrollado esta industria y lo convierten en uno de los grandes generadores de transformación en el país.

Pero, aunque el sector de gas natural en el país ha tenido un desempeño muy exitoso, crecen las preocupaciones frente al suministro de energéticos en los próximos años, particularmente a partir de 2022 y 2023 cuando varios factores confluyen para hacer pensar que podría haber un bache en el abastecimiento en el país: la demora en la entrada en operación de la planta de generación de Hidroituango, el recrudecimiento del fenómeno de El Niño y la demora de entrada en operación de nuevos campos productores de gas natural. Esto ha generado una controversia entre empresarios y gobierno sobre cómo afrontar este escenario: mientras los industriales de gas natural creen que el abastecimiento se mantendrá y su oferta seguirá al alza, el gobierno insiste en que su deber es tomar todas las medidas para evitar que el fenómeno de un desabastecimiento persista.

Puede leer: Los buses eléctricos y a gas sí tendrán beneficios tributarios

Los empresarios del sector son optimistas por varias razones. Las cifras del último Informe del Sector Gas Natural, presentado por Promigas, indican que ya el país supera los 9 millones de usuarios conectados al servicio domiciliario –de los cuales 85 por ciento corresponden a hogares de estratos 1, 2 y 3-; su cobertura efectiva nacional llega al 81 por ciento, lo que implica que 31,3 millones de personas lo utilizan; ya son más de 500.000 los vehículos que ruedan en el país con este combustible menos contaminante; tres ciudades lo han incorporado para mover sus sistemas masivos de transporte y la generación térmica sigue siendo uno de los grandes aportes a mejorar las condiciones energéticas.

Estos resultados llevaron al nuevo presidente de Promigas, Eric Flesch, a señalar que “la masificación del gas natural en Colombia ha sido un caso de gran éxito” pues en este momento solo cinco departamentos del país no cuentan con el servicio. Sin embargo, también ven nubarrones. El propio Flesch insiste en que es necesario que el gobierno acompañe a las empresas en su proceso de expansión “en especial dando señales regulatorias coherentes, equitativas y oportunas, que incentiven la inversión”.

Del lado del gobierno, hay preocupación. Las robustas cifras que exhibe hoy el sector no han impedido que haya inquietud por tamaño de las reservas, los años de autosuficiencia de este energético y qué tan viable es que se puedan aumentar las reservas con el fracking. Por eso, durante la presentación del informe los funcionarios del gobierno que estaban presentes insistieron en la necesidad de seguir adelante con la construcción de la nueva planta de regasificación para garantizar el suministro de gas proveniente del extranjero, que aleje el fantasma del desabastecimiento que podría presentarse hacia 2022 o 2023.

Le sugerimos: Brookfield se queda con gas natural

El viceministro de energía, Alonso Cardona, advirtió que la demora en el ingreso de Hidroituango al sistema de generación de energía genera gran preocupación y por eso, construir nueva infraestructura como la planta regasificadora del Pacífico es un tema clave.

Según el viceministro Cardona, “no hay nada en los últimos meses que lleve a pensar que el nuevo gobierno va a cambiar de decisión sobre esta nueva planta. La obligación del gobierno es asegurar cualquier gap de disposición de gas. La discusión no es hacerla sino quién va a pagar por ella”, advirtió.


Por su parte Sandra Leyva, funcionaria de la Unidad de Planeación Minero Energética, Upme, aseguró que esta entidad hizo los estudios para determinar el costo de tener un escenario con planta y otro sin planta de regasificación y así pudieron determinar “que Colombia necesita un segundo punto de suministro y el mejor lugar para hacerlo es el Pacífico”.

Desde Promigas advirtieron que un tema complejo tiene que ver con el costo de esta nueva infraestructura. Por un lado, se estima que el costo de la sola planta alcanzará los 400 millones de dólares, frente a los 150 millones de dólares que costó la planta de regasificación que opera desde 2016 en el Caribe, y cuya financiación corrió a cargo, en buena medida, de las plantas de generación térmica ubicadas en la costa norte del país.

Además de la construcción de esta planta de regasificación, será necesario construir un gasoducto desde Buenaventura hasta Yumbo, que podría alcanzar una cifra cercana a los 250 millones de dólares. Esto implicaría que el costo total de esta infraestructura alcanzaría los 650 millones de dólares, advirtieron.

Sin embargo, para el gobierno el tema central tiene que ver con su obligación de garantizar el abastecimiento energético y en este sentido, debe tomar las decisiones no pensando en que saldrá más barato o más caro, sino en función de que el país no puede correr el riesgo de apagarse. Y en este sentido, la energía más cara es la que no se tiene disponible, pues generaría pérdidas incalculables para el sector productivo y para el país en general.

Frente a esta discusión, Orlando Cabrales, presidente de Naturgas, el gremio que representa a las empresas del sector, criticó que la discusión frente al tema de abastecimiento se ha limitado a plantear una nueva planta o la discusión sobre si importamos o no gas “y se ha perdido un tiempo valioso para tomar medidas que incentiven la exploración y el abastecimiento local. La clave es tener una política exploratoria robusta. Es mejor encontrar gas localmente”, dijo Cabrales.

Le recomendamos: El gas de la discordia

El presidente de Promigas, Eric Flesch, coincidió con el gobierno en que lo importante es asegurar el abastecimiento del país por muchos años con diversas fuentes, pero advirtió que será necesario mirar con detenimiento el costo que tendrá. Por eso, pidió verificar los análisis que soportan la decisión de construir la nueva planta de Buenaventura y sus costos.

Lo cierto es que mientras sigue la discusión sobre cómo garantizar el abastecimiento de gas natural y otras fuentes energéticas, el gobierno avanza en el proceso para sacar a licitación, en mayo del próximo año, la construcción de la nueva planta de regasificación del Pacífico.