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QUE 50 AÑOS NO ES NADA

El gremio número uno del país llega al medio siglo de vida abrazando la retórica de la concertación.

3 de octubre de 1994

PARA QUIENES ASPIRAN A ser dirigentes gremiales, no hay cargo de más prestigio. Al fin de cuentas, en épocas de estrechez y de bonanza, en las buenas y en las malas, estar al frente de la Andi es, ni más ni menos, llevar la vocería del sector real colombiano y ser a veces la piedra en el zapato del funcionario de turno.

Curiosamente, fue el propio gobierno el encargado de fomentar el nacimiento de la Andi. En 1944, Alfonso López Pumarejo, durante un almuerzo en Medellín, insistió en la conveniencia de contar con un vocero único, del sector productivo. El más atento a sus palabras fue Cipriano Restrepo Jaramillo, por entonces gerente de Coltabaco. Asumió el reto de unir a sus colegas, y lo logró.

El nacimiento del nuevo lobby fue bien recibido por todos, con una excepción: el jefe liberal Jorge Eliécer Gaitán. Cada vez que podía, despotricaba contra los industriales, y cualquier iniciativa era objetada por su grupo. Gaitán manejaba totalmente al Congreso, y terminaba "parándolo todo", según recuerda el empresario José Gutiérrez Gómez, a quien, en su calidad de segundo presidente de la Andi, le tocó enfrentar cara a cara al caudillo.

A lo largo de sus 50 años, la Andi ha tenido nueve presidentes que en cada ocasión se han convertido en los interlocutores del gobierno. En algunos casos se han dado situaciones de estrecha amistad con mandatarios, como por ejemplo entre Gutiérrez Gómez y Mariano Ospina Pérez, Alejandro Uribe Escobar y Alberto Lleras Camargo, o Carlos Arturo Angel y César Gaviria.

El único rompimiento temporal se produjo bajo la dirección de Fabio Echeverri Correa, sin duda el más llamativo de sus presidentes. A lo largo de sus 17 años de gestión, Echeverri mantuvo roces constantes. Frases demoledoras, como aquellas de que "la economía va bien y el país va mal" o esa de que "hay ministros que se desayunan con ladrina" le valieron mucha notoriedad y no pocas enemistades.

Pero eso pertenece al pasado. Ahora su actual presidente, Carlos Arturo Angel, ha insistido en volver al cauce del diálogo y el entendimiento. Al pasar entonces de la crítica a la colaboración y del lobby a la participación, la Andi busca convertirse ahora en protagonista de los cambios. Este miércoles, en Medellín, en medio de los festejos, insistirá también en retomar la idea de que la industrialización, es jalonar el progreso hacia un mismo lado.

"No podemos seguir dedicándonos a arreglar el pastillaje nacional, si seguimos dejando, por dentro, el pastel mal hecho", añade Angel. Es una forma de decir que si el interés en el país no se antepone a los intereses de los afiliados, no habrá futuro para nadie. Parece haber llegado la clásica madurez de los 50.-