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Renta fija

Aunque se espera un repunte de las tasas de interés en el mediano plazo, el desempeño de las inversiones de renta fija durante el año 2000 no serán un buen negocio.

28 de febrero de 2000

Hace un año, cuando la valorización de las acciones y la finca raíz se derrumbaban, las personas que tenían ahorros en bonos y CDT estaban de fiesta. Mientras los títulos de renta variable, los edificios, los lotes y otras propiedades presentaban rentabilidades nulas o negativas los papeles de renta fija arrojaban rendimientos reales cercanos a 15 por ciento anual. Esta situación hacía que todos aquellos que vivían de los intereses estuvieran felices con el aumento de sus ingresos.

Hoy esta situación ha cambiado radicalmente. La tasa de interés de captación, la DTF, pasó en tan sólo 12 meses de 34 por ciento a 12 por ciento nominal y de 14 a 3 por ciento real anual. Esta caída ha hecho pensar a los inversionistas de renta fija en cómo diversificar su portafolio, sobre todo si se calcula la magnitud del cambio de las tasas que impactan significativamente este tipo de inversión.

Los números hablan por sí mismos. Las personas que invirtieron 1.000 millones de pesos hace un año en títulos de deuda del gobierno —conocidos como TES— a una tasa fija de 32 por ciento, habrían recibido por concepto de intereses 320 millones de pesos. Hoy, en cambio, la misma inversión a un año se consigue a una tasa de 10 por ciento, arrojando rendimientos anuales de 100 millones de pesos. Esto representa una disminución nominal del ahorrador de 220 millones de pesos frente al año anterior. Ante esta situación las preguntas son: ¿qué deben hacer los inversionistas de renta fija? ¿Qué tan bien se desempeñarán las inversiones de renta fija en el año 2000?



Respuesta:
Todo al corto plazo


La expectativa generalizada que existe en el mercado es que a pesar de que la tasa de interés puede bajar en el corto plazo —como consecuencia del billón de pesos de liquidez que el mercado no está utilizando— la realidad es que en el mediano plazo la tendencia se debe revertir y las tasas deben repuntar. Alonso Angel, tesorero de la Corporación Financiera del Valle, dice que “en este momento no le apostaría a la inversión en renta fija ya que espero que la inflación suba moderadamente, lo que desembocaría en un alza de las tasas de interés. Antes que comprometer la plata a largo plazo esperaría hasta que las tasas suban”. A pesar de esto, para los que quieran invertir en papeles de largo plazo, Angel recomienda bonos indexados al IPC de compañías AAA —como Epsa y Emgesa— que se encuentran en la actualidad en el mercado secundario.

Andrés Pabón, director de la mesa de pesos del Banco Santander, concuerda con el panorama de tasas de interés y opina que “las personas deben mantener la inversión en papeles de renta fija de corto plazo ya que considero que no son sostenibles en el mediano plazo unas tasas tan bajas en Colombia. Hoy en día existen bonos en dólares en mercados emergentes con tasas superiores a 11 por ciento, por lo que si las tasas siguen así un número importante de personas se podría pasar a dólares, generando una disminución de la liquidez en pesos y, por ende, una alza de la tasa doméstica. En ese contexto le diría a la gente que invierta en fondos fiduciarios y CDT con un plazo máximo de 90 días”.



La apuesta

En el contexto de tasas al alza es evidente que las personas deben mantener sus inversiones en el corto plazo. No obstante existe la posibilidad de que si la recesión se mantiene o si el gobierno cumple su compromiso de reducir el déficit fiscal, las tasas se mantengan en niveles reales de 3 a 5 por ciento. Bajo este escenario la recomendación es buscar bonos de largo plazo en lugar de concentrarse en el corto plazo. Alvaro Tirado, tesorero de Bancolombia, explica que “la gente tiene que entender que en la medida en que se busca una estabilidad macroeconómica en el país la tasa de interés real debe bajar de su niveles históricos tradicionalmente altos. No se pueden esperar tasas de interés reales superiores a 10 por ciento”. Sin embargo estima que “para un ahorrador una tasa real de 4 a 5 puntos en un ambiente económico más estable debería ser atractivo”.

Aunque Tirado prefiere las inversiones en renta fija en el corto plazo, afirma que existen papeles en el mercado indexados al DTF más unos puntos en los que se podría invertir. El hecho de que estos títulos estén atados al comportamiento de la DTF permite cubrir al inversionista de los riesgos de cambios en tasas, pues las del título correspondiente fluctuarían en la misma forma que la tasa de interés. Sin embargo estos ahorradores deben tener cuidado, pues si la tasa sube —tal como lo afirman los analistas— los puntos por encima de la DTF que paga un título podrían ascender con ella, tal como ha ocurrido en varias ocasiones en el país. Este fenómeno disminuiría la rentabilidad del bono frente a la de otros papeles que se emitan durante el año.

Lo que sí es claro es que, a diferencia del año anterior —cuando parecía obvio invertir en renta fija—, en éste las perspectivas han dado un giro de 180 grados y los especialistas han reducido drásticamente el peso que le darían a estos papeles al construir un portafolio. A pesar de esto los expertos tienen la convicción de que siempre es importante mantener títulos de renta fija con emisores con una calificación de riesgo de por lo menos AA, así sea en una mínima proporción. Estas inversiones representan una rentabilidad a la fija y una altísima seguridad de pago, seguridad que no existe en ninguna otra inversión en el mercado.