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Renta fija

El inversionista deberá fijarse muy bien qué papeles compra y resignarse a ganar poco.

Quiza la principal lección que dejó la crisis de los TES el año pasado es que la renta fija no es tan fija como lo indicaría su nombre. Aun cuando se trate de títulos como los bonos o los CDT, que ofrecen una rentabilidad fija, puede ocurrir que los inversionistas, antes de que se venza el papel, salgan a venderlo con descuento para recuperar su plata. Cuando esto sucede los títulos se desvalorizan en el 'mercado del usado', o mercado secundario. Por eso, al invertir en un papel de renta fija, no sólo hay que mirar la tasa. También hay que preguntarse qué pasaría si, por alguna razón, toca venderlo antes de su vencimiento en el mercado secundario.

Este riesgo se puede ilustrar mejor con un ejemplo. El 25 de enero del año pasado el gobierno hizo una subasta de TES. El precio de corte de cada título fue de 102 pesos. El plazo del papel era de 10 años, pagando 15 pesos anuales de intereses. Frente a los 102 pesos que costaba el TES estos intereses significaban una rentabilidad anual de 14,7 por ciento. Una tasa apenas aceptable si se tiene en cuenta que por esos días la inflación estaba en 7,7 por ciento y la DTF, que indica el rendimiento de los CDT a 90 días, estaba en 11,5 por ciento.

Con el paso de los meses, sin embargo, las tasas de interés empezaron a bajar. En junio la DTF ya estaba por debajo de 9 por ciento. Con unos intereses tan bajitos la gente, en busca de alternativas, empezó a demandar los TES que se habían emitido en enero con tasas más altas. Todo el mundo los empezó a comprar, haciendo subir su precio en el mercado secundario. Así, el 18 de junio, el famoso TES de nuestro ejemplo ya no valía 102 pesos sino 112. Frente a este último precio los 15 pesos anuales de intereses equivalían a 13,2 por ciento, y no ya al 14,7 inicial.

Después vino la destorcida. En agosto llegaron las dudas sobre la capacidad del gobierno de refinanciar sus deudas y de su capacidad de honrar sus obligaciones dado el deterioro de las finanzas públicas. Todo el mundo corrió a vender los TES. Así, el que valía 112 pesos el 18 de junio cayó a 93 pesos el 20 de agosto. Fue entonces cuando muchos colombianos que, posiblemente sin saberlo, tenían su plata en TES a través de fondos de inversión, fiduciarios o de valores, se enteraron de que estaban perdiendo plata.

Final feliz

Por fortuna los TES se recuperaron y la crisis quedó atrás. Sobre todo cuando las reformas fiscales terminaron de despejar el panorama de las finanzas públicas. Ahora que el país recobró su fama de buen deudor los TES y los yankees (bonos de deuda externa denominados en dólares) se han vuelto otra vez atractivos. "Colombia es uno de los favoritos en los portafolios especializados en deuda de países emergentes. Hemos hecho una encuesta entre 170 de nuestros clientes, que son inversionistas institucionales, y hemos visto que han incrementado su apetito por bonos de deuda de Colombia", cuenta Luis Oganes, economista del Banco de Inversión J.P. Morgan en Nueva York.

No obstante la crisis del año pasado dejó varias lecciones que deberá tener en cuenta el inversionista común y corriente. La primera es que debe fijarse muy bien en el plazo de los papeles que compra para que sea acorde con su horizonte de inversión. No debe comprar papeles de plazos excesivamente largos, salvo que sea un inversionista especulativo y esté esperando que los títulos se valoricen en el mercado secundario. Esta era una apuesta razonable el año pasado pero no lo es tanto en 2003.

Lo otro que tiene que hacer el inversionista es diversificar. No es aconsejable concentrarse en una sola moneda, y mucho menos en títulos de un solo emisor (deudor), por solvente y confiable que éste sea. En los últimos años en Colombia la gente ha invertido mucho en papeles de deuda pública. Pero hay que ir más allá y mirar otras opciones.

Además de los tradicionales CDT en el país han empezado a aparecer nuevos papeles que ofrecen posibilidades interesantes. "Para quienes estén preocupados por los impuestos se recomiendan los títulos hipotecarios (Tips), afirma Erika Montañez, jefe de investigaciones económicas de Corredores Asociados. Estos papeles, que pueden ser a 5, 10 ó 15 años, seguramente van a coger fuerza este año pues los rendimientos que producen están exentos del impuesto de renta", añade.

"En todo portafolio debe haber campo para otras inversiones no tradicionales, como los títulos de la Bolsa Nacional Agropecuaria. Estos rentan entre 1 y 2 por ciento más que las alternativas de plazo equivalente", asegura Juan Manuel Velasco, gerente de la administradora de fondos de inversión Nación. Su firma será la tercera, después de las comisionistas Interacción y Multivalores, en crear un fondo especializado en activos agropecuarios.

Quizás estas opciones de inversión suenen un tanto remotas para el inversionista del común. En realidad no lo son tanto. Antiguamente la gente invertía su platica en CDT. Hoy en día lo hace cada vez más a través de fondos. Pueden ser los que administran los comisionistas de bolsa (fondos de valores) o las fiduciarias (fondos comunes). Estos son nombres distintos para la misma cosa. Para el cliente abrir una cuenta en un fondo es como hacerlo con una cuenta de ahorros. La diferencia es que a veces se exigen montos mínimos (usualmente 200.000 ó 500.000 pesos). Y así como hay fondos a la vista, en los que se pueden hacer retiros en cualquier momento, hay otros que sólo permiten hacerlo cada 30 ó 90 días.

"Los fondos son ideales porque generan una rentabilidad superior a la de las tasas tradicionales, como la DTF. Como juntan la plata de muchas personas tienen mayor capacidad de negociación a la hora de comprar los títulos y pueden comprar mayor variedad de papeles para diversificar el riesgo", explica Luis Felipe García, presidente de la comisionista Interacción.

Lo interesante es que en Colombia cada vez más hay fondos especializados en distintas cosas. Los hay que invierten principalmente en deuda pública. Los hay en pesos o en dólares. Otros se especializan en acciones o en activos de la Bolsa Agropecuria. Finalmente hay fondos que mezclan de todo. Lo que importa, al fin de cuentas, es que ofrezcan buenas tasas al inversionista sin correr riesgos excesivos. Para encontrar esto lo que tiene que hacer el cliente es preguntar lo que toca. ¿Qué papeles compra el fondo? ¿Cuál es su precio en el mercado secundario? ¿Cuánto rentan? ¿Cuál es su plazo y cuáles son sus riesgos?

Por último, el inversionista deberá tener muy clara una cosa. Durante 2003 no se conseguirán tasas altas, ni en Colombia ni en el exterior. De pronto suben algo en el segundo semestre, pero muy poco. Aun así, la renta fija será un buen refugio para preservar la riqueza en momentos en que las acciones -sobre todo las internacionales- acarrean riesgos excesivos. Y, dado que los dólares tampoco se ven muy rentables este año, al inversionista colombiano no le quedará más remedio que asignar una porción significativa de su portafolio a la renta fija en pesos, así gane poco.