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RIOS DE LECHE

Parmalat, la multinacional italiana, entró pisando duro al mercado de los lácteos en Colombia.

20 de noviembre de 1995

AL EQUIPO PARMA, EN EL cual milita el colombiano Faustino Asprilla, no le fue bien el jueves pasado. Un desconocido conjunto sueco, el Halmstad, derrotó al onceno italiano sin contemplaciones tres goles a cero. Pero si eso sucedió en las canchas de juego, la firma que patrocina al club, la multinacional Parmalat, espera mejor suerte en otros campos. Por ahora confía en meterle un golazo al mercado de lácteos en Colombia. Y es que desde hace unos días se encuentra en los supermercados y tiendas leche con la marca de esta compañía italiana.
La Parmalat debuta vendiendo leche, tanto en bolsa como en empaque de larga vida. La primera presentación únicamente se conseguirá en el centro del país, pues sus plantas de procesamiento están ubicadas en cercanías de Bogotá. La ultrapasteurizada sí será distribuida nacionalmente, pues su transporte es más fácil y puede almacenarse durante varios meses.
Pero la Parmalat aspira a irse en ventaja en el mercado con la introducción de variedades de leche para diferentes grupos de consumidores. Tal es el caso de la llamada variedad fortificada que es enriquecida con hierro y vitaminas.
La llegada de la multinacional italiana, conocida por su agresividad comercial, ha generado preocupación en un sector en el cual la competencia está a la orden del día. No obstante, tales inquietudes sólo se limitarán a las empresas procesadoras del producto y no a los ganaderos nacionales. Según Eduardo Camargo de Andrade, gerente de marketing de Parmalat para América Latina, "todos los insumos que vamos a utilizar en nuestras plantas serán colombianos".
Esa afirmación es clave si se tienen en cuenta los ambiciosos objetivos de la firma italiana. Parmalat está estudiando entrar al mercado en áreas diferentes a la de la leche. No en vano esta empresa en el mundo produce 60 tipos diferentes de comestibles, que incluyen derivados lácteos, pastas y salsas italianas. Tampoco está descartado que en el futuro empiece a importar algunos alimentos especializados, que por ahora están siendo traídos al país por un comercializador particular.
Por ahora, con el sólo negocio de la leche tiene para entretenerse. El mercado de la leche pasteurizada en Colombia se estima en 650.000 millones de pesos al año, equivalentes a cuatro millones de litros diarios (otros ocho millones adicionales se consumen en derivados lacteos y leche cruda). De este total el consumo de 'larga vida' es un porcentaje bastante pequeño, pues apenas asciende a 45.000 litros diarios, que es el ponqué que Parmalat se peleará a nivel nacional. A pesar de ser muy reducido, la firma insiste en que ese será su fuerte.
La Parmalat es un gigante que conoce muy bien el negocio. Su leche se vende en 18 países de tres continentes. En Latinoamérica su presencia empezó en 1976 en el Brasil; luego se extendió, en los últimos cinco años, a Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador, Venezuela y México. Además está en casi todos los países de Europa, en Estados Unidos y hasta ha incursionado en China. Para decirlo en otras palabras, Parmalat es la pasteurizadora más grande del mundo, con ventas totales anuales que suman 3.500 millones de dólares. Patrocina equipos de fútbol como Parma y Palmeiras y se dispone a inscribir su nombre en las camisetas del club Lanceros de Boyacá.
Ahora aspira a pisar duro en Colombia. Y aunque la Parmalat lleva más de dos años preparando su lanzamiento en el mercado nacional, sólo con la salida al mercado de sus productos va a lograr que el consumidor sepa, finalmente, a qué actividad se dedica la empresa que todos asocian con el Tino Asprilla.