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RUIDO DE MUEBLES

Estalla controversia entre los fabricantes colombianos y las Empresas Públicas de Medellín por presunto favorecimiento a extranjeros en la compra de equipos.

21 de noviembre de 1994

CON 13 PISOS, 120.000 MEtros cuadrados de construcción y un costo total de unos 100 millones de dólares, el nuevo edificio de las Empresas Públicas de Medellin -la empresa pública mas prestigiosa del país- es hoy uno de los platos mas apetecidos por los proveedores nacionales e internacionales. Dotar de sillas, escritorios, teléfonos o computadores sus 2.500 puestos de trabajo, o instalar los cielo rasos en cada piso, son todo un sueño para cualquier industrial o comerciante. Y precisamente por esas razones, en el proceso de licitación hay muchos intereses creados y los conflictos no se han hecho esperar.
La más llamativa controversia entorno al edificio de las E.P.M. tiene que ver con la licitación abierta el pasado 30 de septiembre para suministro e instalación de muebles de oficina, en la que estan en juego mas de 6.000 millones de pesos. Industriales colombianos han denunciado insistentemente que estan violando las normas mínimas de igualdad de condiciones y oportunidades para los oferentes nacionales y que se esta favoreciendo en forma abierta a proveedores extranjeros, especialmente a los estadounidenses.
Durante una audiencia pública realizada el pasado viernes 7 de octubre, con asistencia de todos los proponentes -entre ellos Carvajal, Famoc, Knoll, Steel Case, Herman Miller, Riggetti, Babini, entre otros- estalló la confrontación. Algunos de los fabricantes nacionales se consideran en clara desventaja por la forma en que se estan evaluando los parámetros de experiencia y tamaño de las empresas participantes. Gran parte del puntaje de calificación lo ganan, por ejemplo, quienes tengan mayores ventas o inviertan más en investigación. Todos los muebleros y carpinteros de Colombia venden al año 93 millones de dólares, mientras una sola compañia de Estados Unidos como Steel Case -para sólo citar un ejemplo- factura 2.000 millones de dólares. En la puntuación de la licitación todos los colombianos sacarían 4,5 puntos, mientras Steel obtendría 70. Aseguran a la vez los denunciantes, que los requisitos tecnicos y las especificaciones precisas de los muebles que se requieren, sólo pueden ser cumplidos por dos o tres empresas norteamericanas. En esos terminos la licitación tendria casi que nombre propio.
Un ejemplo es aportado por el abogado Herman Jimenez, en denuncias escritas presentadas ante la auditoria de las E.P.M. en febrero, abril y la semana pasada: "Las caras de todos los muebles de la Gerencia deberan ser, enchapadas en madera tipo 'premium' del Architectural Woodwork Institute, de Estados Unidos, y los cueros deberan ser de grano realzado y tenidos en anilina por inmersión, con dos capas detenido ".
Para el, fuera de que con todas las condiciones impuestas en los pliegos no hay chance para los colombianos, se estan violando normas de contratación y hay serias dudas sobre la austeridad y la conveniencia del uso de la magnitud del dinero de los contribuyentes colombianos que se esta invirtiendo en la obra.
Siete proveedores nacionales -Aluminio Reynolds, Laminas del Caribe, Hilat, Sinteticos, Extrusiones, Fiberglass, Metalicas Bolivar y Famoc- enviaron una carta al alcalde de Medellin, Luis Alfredo Ramos, poniendo en conocimiento una larga lista de desequilibrios y exigiendo que se tengan en cuenta los articulos 20 y 21 de la Ley 80, nuevo marco de la contratación administrativa, que advierte que en los procesos de contratación estatal se concedera al proponente de bienes y servicios de origen extranjero, el mismo tratamiento y las mismas condiciones, requisitos, procedimientos y criterios de adjudicación que el tratamiento concedido al nacional.
Las disposiciones advierten que debe actuarse "exclusivamente bajo el principio de reciprocidad" y exigen ademas que los oferentes de bienes y servicios de origen nacional deben tener garantías de calidad, oportunidad y precio. Pero para el gerente de las Empresas Publicas, Diego Uribe Uribe, quienen un principio en dialogo con SEMANA desestimó las acusaciones como provenientes de "chismes de viejas pendejas", lo que sucede es que debió acudirse a normas tecnicas extranjeras porque en este campo no existen en Colombia, y dadas las dotaciones que se requieren para el edificio, la magnitud del trabajo y las garantías exigidas, es claro que pocas empresas colombianas pueden entrar en el negocio.
Pero sin tener en cuenta quien tiene la razón en este asunto, el caso de las E.P.M. deja al menos dos cosas claras.
Primero, que ante la falta de reglamentación de la Ley 80 sobre Contratación Administrativa, las licitaciones de obras públicas que están saliendo al mercado en Colombia, se están prestando para toda clase de controversias. Cada quien interpreta a su antojo la contratación, mientras no hay un norte claro sobre el asunto. Y, segundo, que en tiempos de apertura muchos colombianos que no son competitivos quedaran tendidos en el camino ante la fuerte presencia extranjera, porque tampoco hay una política para que industrias existentes puedan adaptarse a nuevos retos. Por eso hay sectores que se quejan con razón de que mientras en Estados Unidos se cierran las puertas a las rosas, el atún y el banano colombianos, el chance de los empresarios foraneos estadounidenses no tiene límites y parece ser su mejor carta de presentación en el pais.-