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Segundo "round"

El negocio de Telecom con Telmex no está muerto. La lógica indica que Slim no dejará pasar la oportunidad de quedarse con el control de la empresa estatal.

2 de octubre de 2005

Pasó lo que tenía que pasar. Ante la advertencia del contralor general de la República, Antonio Hernández Gamarra, el gobierno acogió sus sugerencias y suspendió la firma del negocio entre Telecom y Telmex, la empresa de telecomunicaciones del magnate mexicano Carlos Slim. La súbita aparición del acuerdo, las dudas sobre su contenido y la aprobación de un documento Conpes cuatro días antes de que se hiciera público, le pusieron el freno a ese negocio.

Si el gobierno desea seguir buscándole socio estratégico a Telecom, deberá arrancar por el lugar donde comienza cualquier negocio de esta dimensión: con un avalúo de los activos de la empresa para así no volver a cometer los mismos errores que con Telmex, donde brilló por su ausencia una valoración financiera por parte de una firma independiente. Y esta vez tendrá que abrir una convocatoria pública bajo unos términos de referencia claros, precisos y conocidos por todo el mundo. En otras palabras, la venta de Telecom comienza otra vez desde cero.

Mientras los opositores al acuerdo se rasgan los vestiduras y algunos congresistas anuncian mociones de censura contra la ministra de Comunicaciones, Marta Pinto de De Hart, la realidad es que no todo ha sido malo del fallido preacuerdo. Quizás el mayor impacto es que alertó a la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB) y las Empresas Públicas de Medellín (EPM) sobre los riesgos que se avecinan y los llevó a despabilarse. En menos de un mes, ambas telefónicas locales han avanzado más en la búsqueda de sinergias corporativas que en los últimos años de celos regionales.

El miércoles 28 de septiembre, la junta directiva de ETB autorizó la suscripción de un acuerdo con EPM para ofrecer servicios conjuntos de telecomunicaciones. La idea es unificar compras para obtener mejores precios de los proveedores y ofrecer facturaciones conjuntas y servicios 'triple play' (voz, Internet y televisión por el mismo canal) que resultarían atractivos para los usuarios y reducirían costos operacionales.

Estas sinergias, sin embargo, podrían no ser suficientes. Aun unidas ETB y EPM, su tamaño es considerablemente menor que el de Telefónica de España o Telmex, cuya operación es global y por tanto, sus compras a proveedores son enormes.

Para algunos analistas, las dos compañías regionales necesitan con urgencia un socio importante, que difícilmente podría ser otro que Telefónica o el mismo Telmex. La pregunta es si tras los anuncios oficiales de la semana pasada seguirán interesadas esas multinacionales en expandir sus negocios en Colombia. A pesar de las declaraciones dubitativas de Slim al final de la semana, la lógica del negocio sigue siendo la misma. Telmex requiere de Telecom para ingresar con fuerza en el sector de las comunicaciones corporativas, en donde Telefónica le lleva una ventaja notable, y para ahorrarse los costos de servicios de interconexión de Comcel. Así opinan analistas en México que interpretaron la noticia con menos dramatismo que la opinión pública colombiana. Citados por Bloomberg, vaticinaron que Telecom pasará a manos de Slim. Algo parecido le ocurrió al magnate en la compra de las acciones que tenía MCI en Embratel en Brasil. Se demoró el negocio, hubo revuelo político pero, al final de la historia, Slim se quedó con la empresa al incrementar su oferta en 50 millones de dólares.

La experiencia ha demostrado que en donde uno de estos gigantes hace una gran adquisición, el otro casi de manera inmediata hace otra de igual o mayor importancia. Por eso se da casi por seguro que si Telmex finalmente adquiere Telecom, Telefónica hará una oferta por ETB y EPM. Incluso aún no se descarta la participación de Telefónica en la oferta pública por Telecom. Su acción subió en la bolsa de Madrid tras el anuncio de la suspensión del acuerdo de Telmex, señal inequívoca que los mercados ven a Colombia como un lugar de expansión para la empresa española.

Cuando se pensaba que la frustrada venta de Telecom había echado para atrás la transformación del sector de telecomunicaciones, en realidad era sólo el primer round de un cambio mucho mayor que se avecina. En pocos casos se cumple tanto la frase de perder es ganar un poco.