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SINCRONIZADOS

La CCA entra también en la onda de ensamblar camperos.

22 de mayo de 1989

Es como la llegada de un nuevo bebé, con la diferencia de que éste es apto para todo terreno Quizás por eso el bautizo no va a tener lugar en ninguna iglesia sino en un campo de pruebas cerca de Manizales el jueves de esta semana.Claro que esa es la ceremonia apropiada para el nuevo campero que se comienza a ensamblar en el país, el Mitsubishi Montero de la Compañía Colombiana Automotriz.
Y, por lo visto, no será la última. Todo indica que dentro de unos meses el turno le corresponderá al campero Toyota ensamblado por Sofasa, la cual ya anunció sus planes de entrar al mercado de este tipo de vehículos. Esos dos nuevos modelos se sumarán al Trooper de Colmotores que tuvo un lanzamiento exitoso en 1988.
En términos globales, la idea de las ensambladoras es la de dividirse el jugoso mercado de los camperos importados que se acerca a las 10 mil unidades al año. Tanto los 4 mil Trooper de Colmotores como los 3 mil Monteros que inicialmente va a producir la CCA, dejan espacio suficiente para un tercer competidor. Con ello,las ensambladoras existentes en el país estarían cubriendo la inmensa mayoría de las necesidades del mercado de vehículos automotores.
Esa nueva demostración de poderio contrasta ampliamente con la vivida hace unos cuatro años cuando Colmotores estaba a punto de abandonar el país y la CCA se encontraba prácticamente quebrada. No obstante, bastaron los correctivos adecuados -principalmente en cuestión de precios y reglas de juego claras- para que las dificultades de hace unos años parezcan olvidadas.Hoy en día las ensambladoras atraviesan por su mejor momento desde que hace unos 20 años se comenzó a experimentar con los vehículos nacionales.
Ese clima de optimismo generalizado se debe en buena parte a los resultados de 1988, cuando las ventas aumentaron en 15% en términos de unidades. Por primera vez en su historia las ensambladoras colocaron 59.698 vehículos de todo tipo en el mercado nacional.
El optimismo continúa todavía, a pesar de que los datos del primer trimestre del año revelan que el mercado se encuentra prácticamente estancado. Los más optimistas sostienen que todavía es demasiado temprano para prever lo que puede pasar y que un comienzo mediocre no permite concluir nada. Además, agregan, el mercado se ha venido sofisticando de una manera tal que las ensambladoras están compitiendo entre si en un plano de igualdad nunca visto antes."Hoy en día la CCA es la más agresiva de las tres, pero ni Colmotores ni Sofasa se están quedando quietas", le dijo un conocedor del sector a SEMANA.
Esas nuevas circunstancias no quieren decir que en materia de producción de automóviles se haya llegado a un punto ideal. Como de costumbre, se siguen escuchando las críticas sobre la supuesta ineficiencia de las ensambladoras con el argumento de que los precios de los vehículos colombianos siguen siendo muy superiores a los que se encuentran en el mercado internacional.
Ese y otros factores llevaron al gobierno a contratar a una firma de auditoría internacional que dentro de unos tres meses estará entregando un informe sobre la industria automotriz en Colombia. En particular el estudio tratará de plantear soluciones para la industria de autopartes que no ha tenido el desarrollo esperado a pesar de la madurez relativa de las ensambladoras. Se estima que la participación de la producción nacional dentro de cada vehiculo ensamblado oscila entre un 32% y un 38%, cifra que se ha mantenido constante durante los últimos años.
Además, el gobierno desea que la industria de autopartes pueda entrar al mercado internacional, lo cual sería un mecanismo para aumentar la eficiencia del sector y mejorar la capacidad tecnológica del país.Sólo así se podría mejorar la competitividad relativa de las ensambladoras colombianas frente al mercado mundial. En último término el gobierno aspira reabrir las importaciones de vehículo como una manera de obligar al sector a ser eficiente.
Todos esos objetivos se han planteado teniendo en cuenta que a pesar de su crecimiento el mercado de vehículos en Colombia sigue siendo muy pequeño.En Venezuela, antes de la crisis reciente, se vendian 120 mil unidades al año con una población menor que la de Colombia. En caso de que en el país la demanda siguiera repuntando, las ensambladoras cuentan todavía con capacidad de sobra para atenderla. "Aquí se puede duplicar la producción sin mucho esfuerzo ", sostiene José Fernando Isaza, presidente de la CCA, quien anota que las tres ensambladoras utilizan tan sólo un turno de producción, de tres posibles.
El ensamblaje de los camperos debe contribuir a que la capacidad instalada en las líneas de ensamble se utilice un poco más. Sin embargo,aún los más optimistas reconocen que todavía falta mucho tiempo antes de que en Colombia la producción de vehículos supere una serie de cuellos de botella. Aunque la salida al mercado de los camperos es un paso en la dirección correcta, es innegable que, en materia de vehículos, al país todavía le falta mucho para tener tracción en las cuatro ruedas.