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A TODA VELOCIDAD

AUNQUE EL MERCADO AUTOMOTOR SE REDUJO, LAS ENSAMBLADORAS NACIONALES SE QUEDARON CON LA MAYOR PARTE.

27 de mayo de 1996

El que persevera alcanza, y si no, que lo digan las ensambladoras de automóviles. Después de atemorizarse en 1992 por la llegada de los importados y tras perder bastante participación en el mercado, decidieron convencerse de que lo mejor era luchar hasta la muerte por no dejarse sacar de la carrera. Y hoy pueden contar con orgullo, no sólo que lo lograron sino que pudieron convencer a la gente de que era mejor 'malo conocido que bueno por conocer', lo que les devolvió su liderazgo.Hoy en día Sofasa, General Motors Colmotores y la Compañía Colombiana Automotriz _CCA_ tienen entre todas el 68 por ciento del mercado. A pesar de ser poco frente al casi 100 por ciento que dominaban hace cinco años, cuando eran las amas y dueñas del mercado automotor nacional, es mucho frente a las malas perspectivas que muchos tenían en 1993, cuando los importados les mordieran casi la mitad de su negocio. Aunque también les ha ayudado el hecho de que, por ejemplo, el año pasado los importadores no contaron con suerte por la devaluación de la moneda, lo que los volvió menos competitivos.Pero aun cuando las ensambladoras lograron salvarse, les ha tocado acostumbrarse a un mundo cambiante y competido. Eso lo pudo comprobar más que ninguna la CCA, (productora de la marca Mazda) en 1995, cuando la revaluación del yen japonés la puso en una situación muy difícil: sus costos aumentaron, pero no podía pasárselos al consumidor mediante incremento de precios por cuanto dejaría de ser competitiva. Y el palo no estaba para semejantes cucharas, pues había 50 marcas con las cuales tenía que enfrentarse. José Fernando Isaza, su presidente, dijo a SEMANA que "tuvimos que sacrificar mercado para no perder tanta plata". Y así lo demuestran las cifras, pues de tener el 20,2 por ciento del total de ventas en 1994 pasó a dominar el 18,4 por ciento.La situación de la CCA fue particularmente difícil, pues cada vez que el yen bajaba un punto la compañía aumentaba sus costos en 1.300 millones de pesos. Así las cosas, era lógico que perdiera 15 millones de dólares el año pasado. Por fortuna la moneda japonesa se estabilizó, lo que mejora sus perspectivas para este año, y de ahí que espere tener utilidades entre 12 y 14 millones de dólares.Si para Mazda 1995 fue un período de vacas flacas, no pasó lo mismo con Sofasa, productora de Renault. Su participación en el mercado aumentó del 13 al 16,3 por ciento en solo un año, lo que mejora la difícil situación por la que atravesó hace un tiempo. Y en cuanto a General Motors Colmotores, logró mantenerse como líder y aumentó su porción en el ponqué del 28,3 al 31,7 por ciento. Para este año la meta de la compañía es vender 42.000 unidades y seguir así como el de mayor volumen entre los vendedores de carros colombianos.Como no hay felicidad completa, aunque las tres ensambladoras pueden contar con satisfacción que se salvaron en la guerra, también tienen que aceptar que se frenó la acelerada marcha de venta de carros. Ya el año pasado hubo una reducción del 8,2 por ciento, en la cual influyeron cosas como las altas tasas de interés, la restricción al crédito y la devaluación del peso. Para este año no se esperan muchos cambios, e incluso la pelea va a estar más dura por cuenta del incremento en el IVA que obliga, tanto a las ensambladoras como a los importadores, a elevar sus precios. El cálculo de los expertos es que se van a comercializar 120.000 unidades, con lo cual la reducción sería otra vez del 8,0 por ciento. No obstante, hablar de ventas por más de 100.000 vehículos sigue siendo bueno para un país que antes no se acercaba nunca a cifras como esa.El consuelo de las compañías nacionales es que ya encontraron un mercado alternativo, al que llevarán este año unas 7.000 unidades. Se trata de los países del Grupo Andino que comenzaron a ser sus compradores. Hay varias razones para estar confiados: Renault abastecerá a la región desde Colombia, pues cerró su planta en Venezuela; la Mazda utilizará a la CCA como el puente para su ampliación en América Latina, pues es su única planta en la zona; y Colmotores venderá camiones en otros países y también ayudará en la estrategia de General Motors de ampliar sus exportaciones en el área andina. Si los caminos les ayudan, las tres podrán decir que no sólo lograron ganarle la pelea a las marcas que llegaron a 'invadirlas' en sus tierras sino que pudieron pagarles el ataque con la misma moneda en los otros mercados.