Home

Economía

Artículo

NEGOCIOS

Twitter: la papa caliente

La mala reputación por la forma como lo utilizan sus usuarios y la imposibilidad de encontrar rentabilidad tienen a la red social del pajarito contra las cuerdas.

26 de agosto de 2017

Twitter no levanta cabeza. En el primer trimestre del presente año reportó pérdidas por 178 millones de dólares y su masa de usuarios activos sigue sin crecer, estancada en unos 328 millones. Los accionistas entraron en conflicto con los fundadores por la poca claridad acerca del futuro de la compañía, y no aparece un comprador debido a que no ha sido posible encontrar la forma de hacer rentable a esta red social. Desde aquel resonante debut en bolsa en 2013, cuando alcanzó un valor de 45 dólares por acción en el primer día, el libro contable de Twitter no volvió a sonreír. La acción se cotiza hoy a 17 dólares, con tendencia a la baja, y la empresa pierde en promedio cerca de 500 millones de dólares cada año.

Puede ver: La agresividad en las redes sociales

Pero el financiero no es su único dolor de cabeza. La reputación ha caído tanto como el valor de la acción. Las autoridades europeas perdieron la paciencia ante la desidia mostrada por Twitter para cumplir su exigencia de controlar los mensajes de odio y los contenidos inapropiados que abundan allí. En efecto, la Comisaría de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género de la Unión Europea reconoció en su más reciente informe los esfuerzos de Facebook por eliminar rápidamente los posts que incitaban a la violencia y el racismo, pero señaló a Twitter por su escaso cumplimiento en esta materia. La semana pasada se sumó a las quejas el Parlamento británico. La presidenta del Comité de Asuntos Internos, Yvette Cooper, dijo que Twitter está “haciendo demasiado poco y demasiado lentamente” para retirar los contenidos denunciados. Se refirió a casos concretos como un video de una violación y a imágenes sexualmente explícitas.

Le sugerimos: La ira de Ordóñez con Uprimny en Twitter

En Estados Unidos crece también el descontento con la tolerancia de Twitter ante el peligroso uso que la extrema derecha está haciendo de esta red social. Los recientes acontecimientos violentos en Charlottesville, con muerto incluido, surgieron porque grupos racistas los convocaron a través de cuentas en Twitter. Estas, aunque fueron oportunamente denunciadas, se mantienen activas como la del líder nacionalista blanco Richard B. Spencer. Aunque la gente puso muchas denuncias sobre cuentas con mensajes que incitan al odio racial y a la violencia, la red social tarda en reaccionar o no lo hace. Y a veces las desactiva y vuelve a activarlas sin explicación alguna. Nadie parece comprender la política de bloqueo de cuentas de Twitter y la empresa se niega a explicarlas a los numerosos medios de comunicación que han preguntado por ella.

¿Por qué los ejecutivos de Twitter se hacen los de la vista gorda ante ese problema? Al parecer, allí podría radicar el último pulmón que mantiene con vida el proyecto de Jack Dorsey y sus amigos, que fundaron la start-up hace diez años y en algún momento amenazaron la hegemonía de Facebook en el mundo digital. Creada para escribir mensajes de máximo 140 caracteres, esta red social terminó en manos de periodistas y especialmente de políticos que la convirtieron en tribuna de ardorosos debates y fuente de matoneo y campañas ideológicas extremistas. A diario, ejércitos de tuiteros pertenecientes a partidos políticos en todo el mundo inundan la red con trinos amenazantes, injuriosos y segregacionistas. Diversos analistas han afirmado que si los medios de comunicación se retiraran de Twitter, esta perdería relevancia como red social en el mundo.

Recomendamos: Las redes sociales: Los reinos del odio

La semana pasada se puso en marcha un nuevo servicio prémium, que por 99 dólares mensuales publicita los trinos de quien se abone al sistema, en un esfuerzo por monetizar la base de usuarios. Varias estrategias anteriores de generación de ingresos, como la inclusión de videos, rindieron escasos frutos. Se cree que la consolidación financiera de Facebook y el ascenso vertiginoso de Instagram han contribuido a la pérdida de valor de Twitter en el negocio digital.

En abril el cofundador y ex director ejecutivo Evan Williams vendió su participación y se alejó definitivamente de la compañía. Y ya desde septiembre del año pasado accionistas de la empresa entablaron demandas contra los directivos por incumplimiento de las promesas de rentabilidad, en un conflicto que se avivó tras conocer los últimos resultados en julio pasado. La red de los trinos afronta días difíciles.