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UN AÑO BISIESTO

EN 1996 LA ECONOMIA COLOMBIANA TUVO EL PEOR DESEMPEÑO DE LOS ULTIMOS AÑOS. ERA INEVITABLE?

6 de enero de 1997

Quizás a estas alturas del año pocos recuerden que el mes de febrero tuvo 29 días. Pero lo que todo el mundo tiene presente es que 1996 ha sido uno de los peores años que ha vivido el país en mucho tiempo. Y aunque la mayoría de los analistas especializados no crea en agüeros, no faltará aquel que piense que el próximo31 de diciembre la economía colombiana se sacará de encima algún tipo de maldición. Y no es para menos: el desempleo ha alcanzado niveles que no se observaban desde hace ocho años, la inflación rompió la tendencia descendente que había tenido desde que la Constitución Política de 1991 le dio independencia al Banco de la República y el crecimiento del Producto Interno Bruto _PIB_ en 1996 será el peor en cinco años (ver gráfico). Lo grave del caso es que mientras la proyección del crecimiento del PIB del Departamento Nacional de Planeación para este año es 3,5 por ciento, propios y extraños le apuestan a una cifra menor.El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, reconoció a SEMANA que "el crecimiento de este año estará algo por encima de 3 por ciento". Los analistas especializados van en la misma línea. Armando Montenegro, presidente de Anif, señaló que "los números dan para pensar que el crecimiento será 2,5 por ciento. Sin embargo, los cálculos de Planeación señalan que será 3 por ciento, de manera que hay que esperar la revisión que el Dane haga de las cifras de Planeación para saber a qué atenernos". Por su parte Mauricio Cárdenas, director de Fedesarrollo, opina que el crecimiento puede estar alrededor de 2,9 por ciento, al igual que el consultor privado Javier Fernández, quien le apuesta a "2,9 por ciento, como lo dije hace seis meses". Sobre las causas de esta situación los analistas económicos no parecen tener muchas discrepancias. Entre los factores más importantes mencionados por los expertos se encuentran la crisis cafetera, la destorcida de la construcción, la recesión venezolana, la revaluación del peso y las altas tasas de interés. Al lado de estos elementos, la crisis política no ocupa un lugar menor. En palabras de Montenegro, "en el primer semestre del año la crisis política fue claramente el factor que más golpeó la economía. Las altas tasas de interés de entonces se deben a la crisis, así como la caída de la inversión generada por las expectativas negativas".Si bien es evidente que varios de esos factores escapan al control de la política económica, varios observadores se preguntan qué tanta responsabilidad le cabe a las autoridades en la desaceleración. Para Javier Fernández "estamos ante un crecimiento económico mediocre, inducido en parte por un manejo macroeconómico torpe". Según él, no es fácil entender cómo ante una crisis generada por una baja demanda, el Banco de la República se ha empeñado en no dejar que la tasa de interés baje significativamente. Y es que si bien el déficit fiscal tiene su cuota de responsabilidad en el alto costo del dinero, son muchos los que creen que la política monetaria ha tenido más costos que beneficios.De hecho, la inflación este año ha estado jalonada por rubros que tienen precios administrados, como la energía y la educación, y que por tanto no se neutralizan con una restricción de la demanda. Por esta misma razón, algunos observadores piensan que el Banco central podría haber comprado una mayor cantidad de dólares este año, atacando así la revaluación del peso y expandiendo la economía, sin que ello se hubiera traducido en mayores presiones inflacionarias.Las metas macroeconómicas anunciadas hace dos semanas por la Junta Directiva del Banco de la República parecen aceptar en parte este diagnóstico. La decisión de bajar a 23 por ciento la tasa que la entidad reconoce a las operaciones de mercado abierto _OMA_ significa una reducción del piso de todo el andamiaje de tasas de interés de la economía. Y si bien analistas como Javier Fernández ya han manifestado que esa reducción es insuficiente, el Ministro de Hacienda señala que "la Junta optó por una solución intermedia".Mientras algunos creen que el año entrante seguirá el tire y afloje por las tasas de interés al interior de la Junta, son muchos los que esperan que al quemar el año viejo el 31 de diciembre se logre dejar atrás el mal momento de la economía. Lo mejor que ellos pueden hacer es creerle al ministro Ocampo cuando dice: "Yo no me voy del Ministerio. Me voy a quedar a recoger los frutos de tanto trabajo, con la mejoría de la economía el año entrante".