Home

Economía

Artículo

Un banco en horizonte

A principios de 1994 comenzará a operar el Bancosol, una entidad para la población de más bajos recursos, que podría llegar a ser una de las más importantes del país.

28 de diciembre de 1992

HAY UN DICHO MUY POPULAR SEGUN EL cual "la mejor forma de que a uno le presten plata es tener plata". Y es un dicho que la gente aplica por igual a todas las instituciones financieras. A la vuelta de un año, sin embargo, estará operando en el país una entidad que podría convertirse en la excepción de la regla. Un banco más, pero no un banco cualquiera. Una institución que por el número de clientes, por la rotación de su cartera y por su campo de acción, podría llegar a convertirse en una de las primeras instituciones financieras de Colombia: el Bancosol.
La historia comenzó hace apenas cuatro años, como una inquietud social de un grupo de empresarios entre quienes se encontraban Alvaro Arango Correa, Chaid Neme, Eliseo Restrepo, Francisco Montoya, José Antonio Lloreda y la familia Escobar Aristizabal.
Entre todos crearon una corporación sin ánimo de lucro, Actuar Bogotá, con el fin de ejecutar programas de desarrollo social, promoviendo la creación de empresas familiares (Famiempresas) e impulsando las pequeñas empresas existentes dentro de la población más necesitada de la capital.
Desde entonces la entidad, creada con base en el modelo de Actuar Antioquia -que inició labores en 1982 a raiz de la crisis financiera y del desempleo generado por los problemas de la industria textil en ese año- ha venido operando en las zonas más pobres de la capital, en los barrios en donde se concentra la inmigración rural, donde un alto porcentaje de las personas ni siquiera sabe leer, habita en inquilinatos o viviendas construidas con materiales de desechos industriales y carece de las más elementales condiciones de subsistencia. Y aún así ha tenido un crecimiento vertiginoso.
Su actividad esta estructurada en cuatro componentes: capacitación, credito, ahorro y asesoria. Todos complicados. Pero el más difícil de organizar y el de mayor impacto ha sido el crédito. Para adelantar sus programas, la entidad ha tenido que conseguir los fondos con el sistema financiero, a través de préstamos directos a Actuar Bogotá, y luego los ha canalizado -por medio de prestamos que hace a las cabezas de hogar para evitar que se destruyan los nucleos familiares y para que todos sus miembros terminen aportando trabajo a la empresa- al sector microindustrial, al comercio y a los servicios.
El otorgamiento de créditos, Actuar desarrolla tres hipótesis. La primera, que todo jefe de hogar conoce algún oficio, puesto que ha tenido que trabajar prácticamente desde la infancia como mano de obra en la generación del ingreso familiar. La segunda, que no existe mejor garantía que el hecho de que al deudor le vaya bien en su empresa: quien está ganando plata siempre paga. Y la tercera, la confianza.
Esta última es fundamental y su fin es fortalecer los lazos que la gente utiliza en su comunidad para darse crédito. Es decir, la amistad, el conocimiento y la confianza. Para recibir apoyo de Actuar Bogotá es necesario que se unan tres o cuatro personas independientes para ser fiadoras entre sí. Con base en esta hipotesis se logró romper la barrera de poderle otorgar crédito a quien no tiene garantias. Y se logró, además, que haya siempre tres o cuatro personas diferentes del acreedor con interés en mantener la cartera sana.
Con esa filosofía, Actuar Bogotá ha podido otorgar 54.978 créditos en cuatro años por un valor cercano a los 10.000 millones de pesos y hasta ahora no ha perdido ni un solo peso por cuenta de cartera mala. La morosidad se empieza a contar desde el día cero del retraso -mientras que en el sector financiero sólo se considera moroso al que tiene más de 90 días- y aún así, la cartera morosa de Actuar es de apenas el 2.67 por ciento y la mayoría no tiene más de 30 días de vencida.
Según los gestores de la entidad, en la definición y en el otorgamiento del crédito la pregunta clave no es que quiere el cliente, sino que puede. Todo el mundo suele pensar que necesita mas plata de la real y a un plazo mayor del necesario. Esto ha llevado a que en Actuar sean muy estrictos. El resultado, según su director ejecutivo, Oscar Giraldo Valencia, es que "en lugar de llevar una persona a partir de sus ilusiones a la ineficiencia, tomamos la realidad de la persona y con una metodología escalada se van trabajando hasta llevarlos a los niveles de eficiencia". La práctica ha llevado a demostrar que en este segmento de población el promedio de duración de los créditos para capital de trabajo es de sólo cuatro meses, y para activos fijos de ocho meses.
Aparte de eso, y antes de otorgar un crédito por primera vez, se le da al usuario una capacitación básica. Y una vez que este ha sido aprobado y otorgado -ninguna solicitud suele demorar más de ocho días en ser tramitada y resuelta- se le da una asesoria periódica especializada por parte de un grupo de 120 profesionales, empleados de Actuar Bogotá, que en su gran mayoría son ingenieros industriales, economistas y administradores de empresas. El propósito de esto es que los recursos sean utilizados del mejor modo posible y evitar que se vayan a perder. Desde la creación de la entidad se han efectuado 14.490 sesiones de capacitación a las que han asistido 172.895 personas.
Como resultado, se han atendido a 30.600 empresas familiares en cuatro años y se han otorgado más de 9.600 millones de pesos en crédito, generando más de 52.000 empleos. Estas cifras son tan impresionantes, que en apenas cuatro años de operación, Actuar Bogotá ya compite con la Organización Ardila Lulle por el honroso titulo de ser el segundo generador de empleo de Colombia después del Estado. Y la meta para 1993 es atender 21.350 usuarios, generando 40.565 nuevos empleos directos y beneficiando a 172.500 personas. Para cumplir con este objetivo se tiene prevista la apertura de 10 sedes adicionales a las 10 existentes y el ingreso de 133 personas a la institución. Se requerirá efectuar 44.870 operaciones de crédito por un valor de 18 millones de dólares.
Pero llegar hasta aquí no ha sido tarea fácil. Cuando se inició Actuar Bogotá existía la expectativa de recaudar 200 millones de pesos para dotar a la corporación de un buen respaldo de capital. De esos 200 millones sóloo se recaudaron 16 y de ellos sóloo siete se pagaron de contado, de los cuales cinco fueron donados por el industrial de origen libanés, Chaid Neme. La explicación de esta frustración original se explica esencialmente por dos hechos: el fenómeno de que Bogotá no es de nadie y la proliferación de instituciones sin ánimo de lucro.
Pero los promotores y la junta directiva de la entidad no se dejaron desanimar por el arranque inferior a las expectativas y a pesar del resultado continuaron adelante, buscando generar un esquema que tuviera impacto en la problemática del desempleo de la capital. Así establecieron tres estrategias para salir adelante: la primera consistía en apelar al sector financiero para obtener los recursos que se habrían de canalizar hacia los usuarios. La segunda era que, para respaldar los créditos que se obtuvieran del sector financiero, los miembros de la junta directiva y los promotores otorgarían su garantia personal. Y la tercera fue la de colocar todos los créditos a los usuarios a tasas de mercado con un pequeño margen, que permitiera cubrir los costos.
Para complementar esas estrategias dividieron, a su vez, en tres etapas el programa que se desarrollaría en los primeros años. En la primera, la institución debería funcionar con el apoyo logístico y financiero de la junta directiva. En la segunda, la institución debería llegar a un nivel en que fuera capaz de cubrir sus propios costos. Y en la tercera debería ser no sólo autosuficiente sino tener la capacidad de generar un excedente en sus resultados que permitiera fortalecer la institución y asegurar su crecimiento. Es decir, que los promotores definieron a Actuar Bogotá como una empresa privada y eficiente cuyo criterio de operación es el de trabajar en bien de la comunidad.
En la primera etapa se encontraron, sin embargo con dos cuellos de botella: la falta de patrimonio y la falta de garantías para maximizar el apalancamiento. Pero como ya existían resultados positivos para mostrar, se busco el apoyo de instituciones internacionales. Al llamado respondieron tres instituciones la Fundación Codespra de España, Acción Internacional de los Estados Unidos y Fundes de Suiza a través de su agencia en Colombia, Fundescol. La primera de las tres se ha constituido en el más importante pilar de apoyo para Actuar, puesto que le hizo una donación de medio millón de dólares, dividida en tres partidas anuales. Con la partida inicial, que fue de 100 millones de pesos, Actuar pudo aumentar su capacidad de endeudamiento en alrededor de 1.000 millones de pesos. El apoyo de Acción Internacional y de Fundescol se ha dado bajo la modalidad del otorgamiento de cartas stand-by en dólares, que sirven de garantia a las instituciones financieras que le prestan los recursos a Actuar.

Otro instrumento que ha permitido respaldar los crÉditos de las instituciones financieras, han sido los mismos pagarés de los usuarios de Actuar. Pero, eso ha sido también el resultado del esfuerzo por ganarse la confianza. Inicialmente esos pagarés no tenían ningun valor para los bancos. El segundo año ya empezaron a aceptarlos como garantia, pero únicamente por el 20 por ciento de su valor nominal. El año pasado aumentaron ese porcentaje al 50 por ciento y a partir de principios del presente año ya los aceptan por el 67 por ciento. Es decir, que lo que apenas hace cuatro años no valía nada para los banqueros, hoy respalda 67 centavos de cada peso que prestan.
Actuar Bogotá ha trabajado hasta ahora con los bancos del Estado, Ganadero, Unión, Colombia, la Caja Social de Ahorros y la Corporación Financiera para el Desarrollo. De esas entidades el mayor volumen de operaciones en la actualidad es con Corfidesarrollo que ha otorgado préstamos por valor de 1.530 millones de pesos, seguida por el Banco de Colombia con 850 millones, el Union con 450 millones y la Caja Social con 250 millones. Y desde mediados de 1991 la fuente principal de recursos ha sido la linea BID para microempresas. Esta financiación -que asciende a 20 millones de dólares- fue otorgada por la entidad multilateral al Gobierno nacional a través del Banco de la República y es canalizada por los diferentes bancos del país. El futuro de la corporación no es menos halagador. Se preparó un plan estratégico para los próximos años que indica que Actuar Bogotá debe estar en capacidad de generar 150.000 empleos en 1995. Un estudio de la Cámara de Comercio de Bogotá concluye que para que en ese año el desempleo en Bogotá no supere el cinco por ciento, se necesita generar 800.000 nuevos puestos de trabajo. Es decir, que una sola entidad puede llegar a contribuir con un alto porcentaje del total.
Pero esa proyección estratégica tambien les hizo replantear los planes futuros. Para atender esos 150.000 usuarios, se necesitarían 40 millones de dólares de recursos frescos para aumentar la cartera vigente. Eso conlleva una serie de problemas de fondo. El primero consiste en que por norma legal cuando un deudor supera el 10 por ciento del patrimonio técnico de cualquier entidad financiera, es necesario que otorgue garantia real. Como a ese ritmo Actuar podría terminar convertido en el mayor acreedor del sistema financiero y carece de garantías reales para respaldar todos esos fondos, la conclusión fue que su crecimiento llegaría a saturar la capacidad del sistema.
De otra parte, las oficinas de los bancos no estan organizadas- para atender a los usuarios de Actuar Bogotá, por el número en que se hacen presentes y lo lento que es atenderlos.
Ellos siempre van en grupo para los desembolsos para asegurarse de que nadie se vaya a quedar con la plata de los demás y sólo manejan efectivo en pequeñas denominaciones.
Por lo anterior, Actuar Bogotá se encontró frente a la necesidad operativa de crear un banco. Y precisamente eso es lo que estan haciendo. Los estudios ya estan completos y la entidad inicia operaciones en el primer trimestre de 1994. Se va a tratar de un banco común y corriente, sujeto a todos los requisitos legales y a la vigilancia de la Superintendencia Bancaria. La diferencia principal frente a los demás es que va a dirigirse hacia un segmento inexplotado del mercado y que probablemente muy pocos de los lectores de esta revista van a ver sus sucursales puesto que estas, en vez de estar ubicadas en los elegantes centros comerciales del norte de Bogotá, van a estarlo en las zonas marginales donde ninguna otra entidad financiera se le ocurriría poner una agencia o sucursal.
El nuevo banco se va a llamar Banco Solidario de Colombia o Bancosol y su eslogan va a ser "Para todos". Su capital inicial será de aproximadamente 16.000 millones de pesos y su composición accionaria se dividirá en un 50 por ciento de inversión extranjera directa y otro 50 por ciento de inversión local. Los aportes extranjeros provendran de Acción Internacional de los Estados Unidos, la Fundación Calmedo del Canadá, Fundes de Suiza Codespa de España y el Banco Mundial y el BID a través de sus respectivas corporaciones financieras. De los anteriores, sólo falta la definición de los dos últimos. La inversión nacional va a estar dividida en dos segmentos: el primero, equivalente al 26 por ciento, va a ser propiedad de Actuar Bogotá y el 24 por ciento restante deberá ser colocado entre un número grande de inversionistas locales con la mayor atomización posible.
La operación de Bancosol se va a iniciar con 14 agencias en Bogotá y al terminar el primer año deberan existir por lo menos 20. Y si las cosas salen de acuerdo con los planes, al finalizar el año de 1995 Bancosol deberá tener 39 agencias.
Parte de los recursos de Bancosol provendrá de los ahorros de los usuarios. Como se trata de que todos los usuarios de crédito emprendan negocios rentables, una de las obligaciones que asumen ante Actuar Bogotá es la de ahorrar una suma mensual del orden de 1.000 a 1.500 pesos. En junio de este año, cuando tuvieron que suspender la política del ahorro forzado para nuevos usuarios porque ningún banco quería seguirlos atendiendo, ya contaban con cerca de un millón de dólares en ahorros individuales. El propósito del banco es sacar los ahorros de sus usuarios potenciales de crédito de debajo de los colchones y ponerlos a producir.
La magnitud del negocio hace, sin embargo, que la operación no sea tarea fácil y, por ello, desde ahora los gestores de la nueva entidad son conscientes de que la institución tiene que estar totalmente sistematizada. Pero el servicio, por las características de la clientela, deberá ser altamente personalizado.
El reto es duro. La experiencia colombiana con proyectos de corte similar no ha sido muy exitosa en cuanto a la cobertura de los segmentos marginales de la población. Así lo demostraron los casos del Banco Popular, en sus orígenes, y la Caja Social de Ahorros, que a pesar de haberse convertido en dos de las instituciones financieras más importantes del país, no lograron llegar verdaderamente a esa comunidad. Pero la diferencia con Actuar es que mientras estos crearon primero la entidad financiera y luego buscaron la comunidad, Actuar Bogotá ya cuenta con la comunidad y el banco es el resultado de una necesidad. -