La expectativa de una política más expansionista por parte de la Reserva Federal ha impactado los mercados mundiales. | Foto: Afp

ESTADOS UNIDOS

Volver al dinero barato: lo que la FED puede decidir

El giro en el discurso de la FED muestra la creciente preocupación por una eventual recesión de la economía estadounidense.

31 de julio de 2019

El cambio en la postura de política monetaria por parte de la Reserva Federal (FED) es una de las transformaciones más importantes en el escenario económico actual, por sus profundas implicaciones no solo para Estados Unidos sino para el mundo.

Mientras que a finales del año pasado –y prácticamente hasta mediados de marzo– la expectativa era que el banco central de los Estados Unidos aumentara sus tasas de intervención en dos ocasiones –tras haberlos aumentado cuatro veces en 2018–, las perspectivas ahora son que en la próxima reunión de finales de este mes se dé una rebaja de un cuarto de punto, hasta 2%-2,25%.

No obstante, ante los comentarios del vicepresidente de la FED, Richard Clarida, y la cabeza de la FED de Nueva York, John Williams, que señalaron recientemente que los bancos centrales deberían actuar rápido cuando vean indicios de problemas, aumentaron las probabilidades de una reducción.

Precisamente, el giro en el discurso de la FED se ha dado por factores que van desde la percepción de una mayor fragilidad de la economía mundial por cuenta de la incertidumbre de la guerra comercial hasta por temas como la presión de Donald Trump sobre el presidente de la FED, Jerome Powell.

Esta sería la primera rebaja de tasas de interés en la mayor economía del mundo desde diciembre de 2008, año de la gran recesión.

Los mercados que han descontado por completo el descenso y los precios de los activos, tanto en Estados Unidos como en Colombia, ya reflejan anticipadamente un recorte de tasas.

La expectativa de una política más expansionista (dovish) por parte de la FED y otros bancos centrales ha aumentado el apetito por riesgo de los inversionistas, lo cual ha reactivado los flujos de inversión hacia países emergentes. Esto se ha reflejado en un repunte de los mercados accionarios a nivel mundial y en una depreciación de las monedas emergentes.

Donald Trump Presidente de Estados Unidos / Jerome Powell  Pr

Prevención o presión

En su última reunión, el presidente de la Reserva Federal de Sant Louis, James Bullard, votó en contra de mantener las tasas de interés. La razón de uno de los miembros más influyentes del comité es que la inflación se encuentra por debajo de la meta de 2%, mientras que las perspectivas de crecimiento económico se han empeorado, “lo que justifica un recorte de tasas como una medida preventiva frente a un panorama de mayor incertidumbre”.

Los indicios sobre una posible desaceleración de la economía estadounidense son cada vez mayores y van desde la menor creación de empleo hasta el aplanamiento de la curva de rendimientos de los bonos del tesoro, que se ha convertido en un excelente predictor de recesiones.

Sin embargo, son tan solo “indicios”. Lo cierto es que la mayor economía del mundo completa en julio 121 meses seguidos de expansión, desde que la ‘Gran Recesión’ finalizó en junio de 2009. Por esto, resultará curioso que la FED comience a reducir sus tasas de interés justo en el mismo mes en el que Estados Unidos conquista el ciclo expansivo más largo de su historia. El récord anterior de crecimiento continuo estaba entre marzo de 1991 e igual mes de 2001.

Ante esto queda en el ambiente la constante presión del presidente Donald Trump a la FED y a Powell para bajar sus tasas, favorecer el crecimiento y, de paso, su reelección. En época electoral a Trump le interesa que la economía de Estados Unidos siga en su actual fase de expansión –la más larga de su historia– y un recorte de tasas le serviría para dicho propósito.

Recientemente, por ejemplo, se ha dado a conocer la nominación de Judy Shelton y Christopher Waller al consejo de la Reserva Federal por parte de Trump. Al parecer, los nominados tienen una postura más dovish y estarían de acuerdo con recortes en los tipos de interés, tal y como lo ha solicitado el presidente estadounidense

Para José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, el efecto de la guerra comercial sobre la economía estadounidense ha sido moderado. Por tanto, un recorte preventivo es una medida riesgosa, pues hasta que los datos de crecimiento y empleo no muestren un claro deterioro de la economía norteamericana, la reducción podría interpretarse como una concesión de la FED a la administración Trump o a los mercados financieros.

Por tanto, lo que está en juego es la credibilidad de la FED y no solo será importante la decisión que tomen sino cómo la justifiquen.

Por otra parte, crece el temor entre los inversionistas sobre si la FED y, en general, los bancos centrales tienen las herramientas para enfrentar una posible recesión.

Las bajas tasas de interés parecen cada vez más insuficientes para compensar temas como un escalamiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El crecimiento mundial está cayendo a pesar de los estímulos.

La tasa de referencia de la FED, por ejemplo, está a la mitad del nivel en el que se encontraba antes de las anteriores desaceleraciones.

Algunos analistas ven con preocupación que las tasas bajas pueden impulsar el crecimiento a corto plazo, pero no desalientan el crecimiento de la deuda.

Según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), la deuda de hogares, empresas, gobierno y sector financiero alcanzó al cierre del primer trimestre US$246,5 billones, 3,2 veces el PIB mundial.

Sin duda, los ojos del mundo financiero estarán puestos en lo que haga y diga durante los próximos días la Reserva Federal, lo cual determinará el destino de los portafolios a nivel global.