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VUELVE Y JUEGA

A pesar de los cambios en el esquema, la privatización de Corpavi tampoco dejó satisfechos a todos los interesados.

25 de abril de 1994

LA SEMANA PASADA SE MAterializó la primera etapa de la privatización de la Corporación Popular de Ahorro y Vivienda (Corpavi). El jueves se vendió un primer lote de 26 millones de acciones, que representan el 41.3 por ciento del capital total. La gran mayoría de ese paquete -el 37 por ciento- fue adquirido por un grupo liderado por la Fiduciaria Cooperativa (Fiducoop), que reúne más de 250 coaperativas. El 4 por ciento restante quedó en manos de otras cooperativas y organizaciones solidarias.
La operación tiene varios aspectos interesantes. Como primera medida, se trata del mayor paquete accionario, -en términos porcentuales- que hayan adquirido los llamados beneficiarios del artículo 60 de la Constitución (trabajadores e instituciones del sector solidario). El paquete comprado no sólo supera el 40 por ciento de las acciones, lo que les dará derecho a las organizaciones solidarias a por lo menos dos de los cinco puestos en la junta directiva, sino que representa más del 62 por ciento de las acciones ofrecidas por las entidades estatales.
Es, por otra parte, la segunda inversión más alta realizada por las organizaciones solidarias y de trabajadores en empresas enajenadas por el Estado. Sólo la supera la del Banco de Colombia, en la que el monto invertido fue de 50.000 millones de pesos. El otro caso en el que las organizaciones de trabajadores habían presentado ofertas fue el de la venta del Banco del Comercio donde la inversión ascendió a 4.480 millones de pesos, a pesar de que se presentaron ofertas por casi el doble.
No es improbable, además, que en el presente caso las ofertas hubieran sido superiores de haberse extendido el plazo de presentación, como lo solicitó el director del Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas, Hector Moreno Galvis. Según este último, dada la magnitud de la oferta, la complejidad del sector y la realización de asambleas por estos días, se requería un plazo adicional de 45 días. No obstante, el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras no accedió a esa solicitud.
Hubo otros sectores que no quedaron contentos con la reglamentación del gobierno. El presidente de Asofondos (gremio que agrupa a las sociedades administradoras de cesantías y pensiones), Jorge Humberto Botero, dijo, en un artículo publicado en El Tiempo el viernes de la semana pasada, que en el decreto expedido por el gobierno para la venta de Corpavi "se dispuso que en la oferta preferencial que debe hacerse a los trabajadores y a las instituciones del sector solidario nadie puede adquirir más del O.4 por ciento. Es decir, que se les otorga la misma capacidad de compra a los trabajadores individualmente considerados que a los fondos de pensiones y cesantías que manejan los ahorros de muchísimas personas". Botero remató afirmando que consideraba injurídico el decreto por no promover condiciones de igualdad real y efectiva, no sin dejar sentada una amenaza de demanda contra el proceso de privatización.
Esa posición no parece muy razonable, sin embargo, dado que el interés fundamental de la Constitución en estos casos es democratizar la propiedad, y la oferta de condiciones especiales es apenas el vehículo para lograr ese propósito princinal. Y la verdad es que el límite individual establecido, de 150 millones de pesos, es un monto importante en Colombia. Nadie que disponga de una suma superior a esa para invertir en acciones de una sola sociedad requiere ser puesto en "condiciones de igualdad real y efectiva".
Además, tampoco parece lógico que las sociedades administradoras de fondos de cesantías y pensiones -controladas por los principales grupos económicos del país- ameriten el otorgamiento de condiciones especiales para cumplir con el propósito constitucional de democratizar la propiedad.
En todo caso, quienes no quedaron contentos con el resultado de la venta del primer lote se podrán desquitar en el martillo que se realizará el 13 de abril en las tres bolsas del país. Ahí tendrán la oportunidad de pujar en condiciones de igualdad con todos los demás colombianos por el saldo de las acciones de la entidad. -