Desde hace algunos días, directivos del GEA pusieron en marcha una estrategia para intentar presionar a las autoridades. Esto ad portas de una serie de decisiones trascendentales de la Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia Financiera que le podrían poner fin al control conjunto que manejan los representantes sobre dichas compañías.
Este lunes, colaboradores de las compañías del GEA empezaron a recibir mensajes de WhatsApp para que salgan a marchar, creando un ambiente hostil y peligroso frente a las autoridades que están en proceso de tomar decisiones judiciales sobre ese grupo.
El lunes 27 de marzo, en horas de la noche, en Medellín, se reunieron altos directivos del GEA a puerta cerrada para planificar sus pasos a seguir durante esta semana. Es una lástima que para proteger unos privilegios se amedrente a la justicia y a las autoridades de esta manera.
Hay que recordar que las empresas del GEA habían perdido más del 80 % de su valor en dólares, previo a las OPA, lo cual perjudicó a millones de pensionados en Colombia.
Ahora los directivos del GEA dicen que las empresas les pertenecen a todos los colombianos, cuando la realidad es que es una imbricación que les permite a ellos decidir sus millonarios sueldos y privilegiar a ciertos accionistas con jugosos contratos.
Estas jugadas, que algunos califican de sucias, muestran el desespero y confirman que el GEA está llegando a su fin. Puede que no ocurra en las asambleas de esta semana. Pero la imbricación diseñada para los privilegios de algunos se ha vuelto insostenible.
*Gabriel Gilinski es accionista de Publicaciones SEMANA.