Adiós a Harold Wilson

26 de junio de 1995

HAROLD WILSON, QUIEN murió la semana pasada en su casa de campo cerca de Londres, fue para la Gran Bretaña de los años 60 y 70, lo que Margaret Thatcher fue para la década de los 80. Pero era un hombre completamente distinto. Un laborista sin pretensiones históricas, decididamente de clase media y dominado por un pragmatismo que le ganó fama de voluble e impredecible. Wilson guió a su país en una época marcada por la disminución de la influencia mundial del Reino Unido y por las dificultades económicas en el terreno interno. Luego de sus típicas variaciones de criterio , consiguió la aprobación plebiscitaria al ingreso de su país a la entonces llamada Comunidad Económica Europea. Su intempestiva renuncia en 1976 todavía es motivo de conjeturas, una de las cuales habla de un complot de sectores de ultraderecha de servicio secreto británico. Hoy, a su muerte, sus copartidarios lo lloran más que nadie. Porque, por lo visto, Wilson fue el último laborista capaz de ganar elecciones.