ADIOS A LA DC

21 de febrero de 1994

CINCUENTA AÑOS EN el poder no son suficientes para garantizar la supervivencia de un partido. Esa parece ser la enseñanza de la desaparición de la Democracia Cristiana de Italia, que la semana pasada se dividió para dar paso a dos nuevas agrupaciones independientes: el Centro Cristiano Democrático y el Partido Popular.
Ambas formaciones políticas nacen de la necesidad de dejar atrás un pasado plagado por el fenómeno de la corrupción, que llegó a su clímax desde hace dos años, cuando estalló el mayor escándalo de Italia en el presente siglo.
El nacimiento de los gemelos hace parte del terremoto político que sacude al país desde entonces, en medio de cuyos tremores se ha llegado a temer por la existencia misma de Italia como Estado unitario.