Al final del mundo

14 de febrero de 1994

EN LA POBLACION DE El Black, en la costa atlántica nicaraguense, esperan el fin del mundo unas 50 familias, aisladas del resto de la sociedad. La historia comenzó en 1992, cuando un profeta llegó a la pequeña población de Rosita y predicó a los pobladores la necesidad de formar una "Nueva Jerusalén", que sería la única llamada a sobrevivir sobre la Tierra. Como ordenó dejar los bienes terrenales y abandonar el cuidado corporal, los creyentes están en condiciones deplorables, esperando que se presente un brote de malaria y cólera. A pesar de que el predicador ya desapareció , sus víctimas siguen convencidas de la verdad de sus palabras, en un fenómeno que los sociólogos señalan como típico de la absoluta desesperanza traída por la extrema pobreza.