Bhutto y el feminismo

22 de noviembre de 1993

EL ASCENSO AL POder en Pakistan de la ex primera ministra Benazir Bhutto, podría traer como consecuencia paradójica el que se olvidaran de nuevo las aspiraciones femeninas en ese país. El anterior gobierno de la señora produjo la ironfa de que la conquista del poder por una mujer no representó avances para sus congéneres. Se trata de un tema álgido en un país en el que, como en el resto del mundo musulmán, las leyes islámicas igualan la violación con la fornicación y castigan a las mujeres antes que a los violadores. Más aún: para que una mujer pueda denunciar válidamente una violación debe presentar cuatro testigos hombres musulmanes practicantes. La situación es tal que el 80 por ciento de las mujeres presas cumplen condenas basadas en ese tipo de leyes. Pero para la señora Bhutto ya es suficiente problema gobernar un país en esas condiciones, y no quiere perder más electores al tomar medidas que puedan ser interpretadas como condescendencia con sus congéneres. Esto podría ser tomado como una adaptación demasiado laxa de la ley del Corán.