BOND Y EL CELULAR

5 de enero de 1998

Los aficionados a las películas de James Bond están acostumbrados a que el viejo científico conocido solo como 'Q' le entregue los aparatos secretos más curiosos para que le sirvan de apoyo en su lucha contra las fuerzas del mal. El próximo episodio, protagonizado por Pierce Brosnan y titulado Tomorrow never dies no es la excepción, pero esta vez la estrella es un teléfono celular marca Ericsson. Bond hace con él mucho más que hablar con su secretaria, la señorita Moneypenny. El superteléfono le sirve para volar cajas fuertes, abrir puertas y hasta manejar su deportivo Aston Martin. Como es lógico, detrás de todo ello está un acuerdo con la gigante sueca de las telecomunicaciones, que pagó un precio importante por situar su marca en manos del hombre con licencia para matar.