COLLORMANIA EN EL JAPON

2 de noviembre de 1992

LOS ESCANDALOS de corrupción política parecen estar en boga no sólo en Latinoamérica. Shin Kanemaru, líder de la facción más poderosa del Partido Liberal Democrático actual partido gobernante en el Japón confesó ante fiscales estatales el haber recibido cuatro millones de dólares en contribuciones políticas de una compañía ligada al crimen organizado de ese país.
Bajo un acuerdo establecido entre el acusado y los fiscales, la confesión fue presentada de manera escrita el 25 de septiembre y Kanemaru, de 78 años, fue eximido de responder a otros cargos.
A pesar de que esta es la primera vez que en el Japón se le imputa este tipo de cargo a un miembro del parlamento, Kanemaru tendrá que pagar una multa por 1.700 dólares, la máxima para este tipo de infracciones.
Esta irrisoria suma por poco supera lo que se le cobra a un conductor japonés por parquear su automóvil en una zona restringida durante toda una noche. Pero como era de esperarse, el corrupto político también se vio obligado a renunciar a su cargo de jefe del partido ante el parlamento.