De cuello blanco

23 de enero de 2005

La imagen del ejecutivo, de elegante saco y corbata, que enfrenta un juicio por fraude y la posibilidad de pasar 10 ó 20 años en la cárcel se ha vuelto común en Estados Unidos. En el último mes, cinco directivos de compañías estadounidenses, entre ellas gigantes como Tyco, un conglomerado industrial de 40.000 millones de dólares en ventas, o Worldcom (ahora MCI), el segundo operador de telefonía de larga distancia en Estados Unidos, han tenido que vérselas con un juez. Los cargos van desde maquillar y ocultar información financiera hasta sacar dinero de la empresa. Los escándalos y las sentencias han llegado tan lejos que ya algunos expertos en negocios se preguntan si a los congresistas gringos no se les fue la mano al endurecer las leyes en esta materia tras el fraudulento colapso de Enron. Los accionistas que vieron evaporar sus fortunas por causa de maniobras non sanctas probablemente no estén de acuerdo con los expertos.