DEMOCRATAS EN PROBLEMAS

30 de septiembre de 1991

AL OTRO LADO DEL océano, la segunda revolución rusa ha tenido una víctima diferente del comunismo. Se trata del partido demócrata de EE. UU., que parece haber perdido toda posibilidad de triunfo en 1992. La causa es la percepción popular de que la caída del comunismo y la victoria contra Irak son un éxito personal del presidente George Bush. Ante las circunstancias, los demócratas han venido quedándose sin argumentos pues su mayor arma, la debilidad presidencial en los temas domésticos, parece haber caído a segundo plano. La mayoría de las figuras que podrían ser presidenciables han retirado sus aspiraciones hasta épocas mejores. Los Tltimos en renunciar, John Rockefeller y Al Gore, dejaron en el campo a unos pocos como el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, el gobernador de Virginia, Douglas Wilder, y el reverendo Jessie Jackson, pero sus probabilidades serían bajas, aún en condiciones ideales. Por esta época, antes de las elecciones de 1988, había seis aspirantes a la candidatura y en esta ocasión sólo hay uno, el ex senador Paul Tsongas, de Massachusetts.