La Corte Suprema de Justicia de Argentina profirió el miércoles pasado un fallo de consecuencias económicas incalculables. El asunto empezó hace un año cuando se precipitó la devaluación y el gobierno convirtió a moneda local los depósitos bancarios que estaban en dólares, a una tasa de 1,4 pesos por dólar. Ahora la Corte declaró inconstitucional esa 'pesificación', abriendo la puerta para que unos 300.000 ahorradores reclamen sus depósitos en dólares, no a 1,4 sino a 3,2 pesos por dólar, que es la tasa actual. Hubo celebraciones callejeras, la primera dama se declaró "asqueada" por el gobierno de los jueces y los banqueros se mostraron preocupados, pues el fallo significará para el sector financiero demandas hasta por 10.000 millones de dólares. Nadie sabe de dónde van a salir y cualquier intento del gobierno de responder con bonos de largo plazo generaría nuevas protestas de la ciudadanía, que también teme que los jueces apliquen el derecho a la igualdad y redolaricen los créditos, lo cual mataría a los deudores.