EL MUNDO AL REVES

27 de diciembre de 1993

EL TEMA DE LA PROPIEDAD industrial y las marcas comerciales se está convirtiendo en uno de los más álgidos en las negociaciones entre el mundo industrializado y los países del Tercer Mundo. No es un misterio que en los países en desarollo se producen bienes con marcas falsificadas que afectan los dueños reales.
Pero la semana pasada ocurrió algo verdaderamente insólito en esta materia en Indonesia.
El conocido diseñador francés, Pierre Cardin, se encontró con la sorpresa de que por cuenta de una orden judicial no podía seguir utilizando su marca en los productos que se vendieran en el país. La razón es que Makmur Percasa Abadi -una compañía "pirata" que tiene más de 100 marcas internacionales registradas a su nombre- había registrado hace algunos años la de Cardin.
El conocido modisto parisino ha tenido que acudir a los buenos oficios del Ministerio de Justicia en Yakarta y a los de su clienta, Tien Suharto, la primera dama de esa nación, para ver si en una última instancia desesperada logra vender en ese mercado que ha mostrado un gran crecimiento en los últimos años.