El turno de Escocia

20 de noviembre de 1995

EL ACTOR AUSTRALIANO Mel Gibson nunca lo soñó, pero su película Braveheart -en la que representa al héroe antiinglés del siglo Xlil William Wallace-, se convirtió en un acicate más para el renacimiento del nacionalismo escocés. Lo cierto es que los vientos separatistas que recorren muchos países europeos (y que tienen en vilo a Canadá) soplan en Escocia, parte del Reino Unido desde el siglo XVII, donde el Partido Nacional Escocés aspira a dar un paso firme para la separación de Gran Bretaña hacia el final del siglo. Aparte del fervor nacionalista, los separatistas citan varias razones, entre las que están la declinación de Gran Bretaña como imperio y como potencia, el cansancio ante el estatus de segunda categoría que resienten los scots en el Reino Unido, y su recuperación económica que, combinada con la existencia de la Unión Europea, haría innecesaria la intermediación inglesa para acceder a los mercados.