EL VIEJO Y LA CORONA

20 de julio de 1992

LA REINA ISABEL NO lo sabe, Pero el descubridor de uno de los brillantes que adornan la corona británica acaba de morir, casi en la ruina, en la localidad de Tumeremo, en Venezuela. Allí pasaba Jaime Hudson sus últimos días, como propietario de un misérable bar llamado, para mayor ironía, "La Fortuna". Hudson, cuya fama revivió a raíz de la celebración de los " 500 años", recordaba en su pequeño negocio cuando trabajaba como minero en la zona de El Polaco hace 51 años, y de improviso descubrió el diamante más grande encontrado jamás en Venezuela. El gobernante de entonces, el general Isaías Medina Angarita, invitó al afortunado a visitar Palacio, mientras los expertos discutían sobre la autenticidad de un hallazgo tan grande, que parecía un engaño. Por fin la piedra fue comprada por un norteamericano y fue a parar al tesoro real británico, donde reposa ahora. Hudson, llamado "Barrabás" por sus amigos, no pudo resistir la llegada imprevista de la suerte, y fue gastando su dinero hasta que se le convirtió en un montón de recuerdos.