ERAN MENTIRAS

10 de febrero de 1992

EN MEDIO DEL DEBAte en Estados Unidos sobre la conveniencia de expulsar por la fuerza a Iraq de Kuwait, una joven kuwaití describió al congreso, en medio de sollozos, cómo los soldados de Saddam arrancaban a los recién nacidos de sus incubadoras y les dejaban morir en el frío suelo de los pasillos del hospital. Esa historia fue decisiva en la decisión tomada por los seis votos. EI cuento resultó falso, como lo comprobaron periodistas de Estados Unidos que visitaron a Kuwait después de la guerra, y hoy el debate se dirige a determinar por qué el comité de derechos humanos del Congreso no tomó medidas para corroborarla. Se sabe, por ejemplo, que la niña era en realidad la hija del embajador kuwaití y que hubiera sido fácil comprobar que en la época de los hechos que narró (agosto de 1990), se encontraba en Estados Unidos. Las miradas se dirigen hacia la firma de relaciones públicas Hill & Knowlton, que tenía a su cargo la cuenta de Kuwait y que organizó la reunión del comité. La manipulación del senado causa preocupación, sobre todo ante los otros clientes de la agencia: Indonesia (que ha causado un genocidio en Timor Oriental), Turquía (con un récord oscuro de violación de derechos humanos) y, últimamente, China.