A IMAGEN Y SEMEJANZA

18 de diciembre de 1995

NO MUCHOS PERSONAjes son capaces de resistir la tentación de aceptar el honor de ver una estatua erigida en vida en su nombre. Sin embargo, el rey Hussein de Jordania no sólo rechazó el regalo de una efigie suya en cobre de 12 metros de altura y más de 42.000 dólares de valor, sino que ordenó su retiro pocas horas antes de su inauguración. Para cumplir la voluntad del monarca fue necesario utilizar una grúa que movilizara el monumento de dos toneladas, desde una plaza frente a la oficina del monarca hasta una bodega. La estatua, elaborada por artistas coreanos en un taller del ejército jordano, fue un regalo de cumpleaños para el rey Hussein, que está cercano a cumplir 60 años. Hussein rechazó el regalo para acallar las críticas de sus súbditos, que estaban muy preocupados por la posibilidad de que naciera un culto en Jordania a la personalidad como ha ocurrido con tantos gobernantes antes de él, sobre todo en el mundo árabe.