Sal para el agua

17 de abril de 1995

La región del Transvaal, en Suráfrica, sufre desde hace tres años la peor sequía en tres decenios. Por eso la comisión de estudios sobre el agua -WRC, por su sigla en inglés- empezó a buscar alternativas al método poco efectivo de esparcir hielo seco en las nubes para para inducir la lluvia. Según el nuevo sistema, mediante avionetas acondicionadas se liberan partículas de sal de masa (cloruro de sodio) debajo de las nubes, en un área de corrientes de aire húmedas y ascendentes. El calor desencadena un proceso mediante la sal es rápidamente absorbida por las nubes y sus partículas convertidas en gotas de agua. La lluvia cae normalmente 35 minutos después del bombardeo. Lomejor, dice Graeme Mather, uno de los investigadores, es que las cantidades de sal son demasiado pequeñas como para dañar los suelos.