TIMIDO ITAMAR

22 de agosto de 1994

LA DIPLOMACIA BRAsileña y su política exterior tienen que enfrentarse a un enemigo poco común: la aversión del presidente Itamar Franco a los viajes y a las conferencias internacionales.
La experta María Helena Tacchinardi estima en un artículo aparecido en el diario Gazeta Mercantil, que el problema nace de la extremada timidez y el temperamento explosivo del mandatario carioca, quien no habla ningún idioma extranjero y no se siente a gusto hablando el 'portuñol' que sus antecesores José Sarney y Fernando Collor de Mello manejaban con gran desparpajo en sus reuniones de integración iberoamericana.
Franco aprovecha cualquier pretexto para cancelar sus compromisos, como cuando amenazó con no estar presente en el próximo encuentro de los presidentes del Mercosur como reacción contra unas palabras "poco elegantes" del argentino Carlos Menem sobre los salarios brasileños.
Para Tacchinardi, la falta de entusiasmo de Franco por su cargo (al que llegó como vicepresidente) demuestra que "no es suficiente ser honesto para representar bien a un país".